Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.
125 Los que confían en el Señor están seguros como el monte Sion;
no serán vencidos, sino que permanecerán para siempre.
2 Así como las montañas rodean a Jerusalén,
así rodea el Señor a su pueblo, ahora y siempre.
3 Los perversos no gobernarán la tierra de los justos,
porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.
4 Oh Señor, haz bien a los que son buenos,
a los que tienen el corazón en armonía contigo.
5 Pero expulsa a los que recurren a caminos torcidos, oh Señor;
llévatelos junto con aquellos que hacen el mal.
¡Que Israel tenga paz!
Promesa de la misericordia de Dios
16 Entonces los que temían al Señor hablaron entre sí y el Señor escuchó lo que dijeron. En la presencia de él, escribieron un rollo de memorias para registrar los nombres de los que temían al Señor y siempre pensaban en el honor de su nombre.
17 «Ellos serán mi pueblo—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. El día en que yo venga para juzgar, serán mi tesoro especial. Les tendré compasión así como un padre le muestra compasión a un hijo obediente. 18 Entonces de nuevo podrán ver la diferencia entre los justos y los perversos, entre los que sirven a Dios y los que no lo hacen».
El día del juicio venidero
4 [a]El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: «El día del juicio se acerca, ardiente como un horno. En aquel día el arrogante y el perverso serán quemados como paja. Serán consumidos, desde las raíces hasta las ramas.
2 »Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia[b] con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos. 3 El día en que yo actúe, ustedes pisotearán a los perversos como si fueran polvo debajo de sus pies», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
4 «Acuérdense de obedecer la ley de Moisés, mi servidor, todos los decretos y ordenanzas que le entregué en el monte Sinaí[c] para todo Israel.
5 »Miren, les envío al profeta Elías antes de que llegue el gran y terrible día del Señor. 6 Sus predicaciones harán volver el corazón de los padres[d] hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres. De lo contrario, vendré y haré caer una maldición sobre la tierra».
9 Mientras descendían de la montaña, él les dijo que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre[a] se levantara de los muertos. 10 Así que guardaron el secreto, pero a menudo se preguntaban qué quería decir con «levantarse de los muertos».
11 Entonces le preguntaron:
—¿Por qué los maestros de la ley religiosa insisten en que Elías debe regresar antes de que venga el Mesías[b]?
12 Jesús contestó:
—Es cierto que Elías viene primero a fin de dejar todo preparado. Sin embargo, ¿por qué las Escrituras dicen que el Hijo del Hombre debe sufrir mucho y ser tratado con total desprecio? 13 Pero les digo, Elías ya vino, y ellos prefirieron maltratarlo, tal como lo predijeron las Escrituras.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.