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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Isaías 61:1-4

Buenas noticias para los oprimidos

61 El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí,
    porque el Señor me ha ungido
    para llevar buenas noticias a los pobres.
Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado
    y a proclamar que los cautivos serán liberados
    y que los prisioneros serán puestos en libertad.[a]
Él me ha enviado para anunciar a los que se lamentan
    que ha llegado el tiempo del favor del Señor[b]
    junto con el día de la ira de Dios contra sus enemigos.
A todos los que se lamentan en Israel[c]
    les dará una corona de belleza en lugar de cenizas,
una gozosa bendición en lugar de luto,
    una festiva alabanza en lugar de desesperación.
Ellos, en su justicia, serán como grandes robles
    que el Señor ha plantado para su propia gloria.

Reconstruirán las ruinas antiguas,
    reparando ciudades destruidas hace mucho tiempo.
Las resucitarán,
    aunque hayan estado desiertas por muchas generaciones.

Isaías 61:8-11

«Pues yo, el Señor, amo la justicia;
    odio el robo y la fechoría.
Recompensaré fielmente a mi pueblo por su sufrimiento
    y haré un pacto eterno con él.
Sus descendientes serán reconocidos
    y honrados entre las naciones.
Todo el mundo se dará cuenta de que es un pueblo
    al que el Señor ha bendecido».

10 ¡Me llené de alegría en el Señor mi Dios!
    Pues él me vistió con ropas de salvación
    y me envolvió en un manto de justicia.
Soy como un novio vestido para su boda
    o una novia con sus joyas.
11 El Señor Soberano mostrará su justicia a las naciones del mundo.
    ¡Todos lo alabarán!
Su justicia será como un huerto a comienzos de la primavera,
    cuando brotan las plantas por todas partes.

Salmos 126

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

126 Cuando el Señor trajo a los desterrados de regreso a Jerusalén,[a]
    ¡fue como un sueño!
Nos llenamos de risa
    y cantamos de alegría.
Y las otras naciones dijeron:
    «Cuántas maravillas ha hecho el Señor por ellos».
¡Así es, el Señor ha hecho maravillas por nosotros!
    ¡Qué alegría!

Restaura nuestro bienestar, Señor,
    como los arroyos renuevan el desierto.
Los que siembran con lágrimas
    cosecharán con gritos de alegría.
Lloran al ir sembrando sus semillas,
    pero regresan cantando cuando traen la cosecha.

Lucas 1:46-55

El Magníficat: canción de alabanza de María

46 María respondió:

—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.
47     ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!
48 Pues se fijó en su humilde sierva,
    y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita.
49 Pues el Poderoso es santo
    y ha hecho grandes cosas por mí.
50 Él muestra misericordia de generación en generación
    a todos los que le temen.
51 ¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!
    Dispersó a los orgullosos y a los altaneros.
52 A príncipes derrocó de sus tronos
    y exaltó a los humildes.
53 Al hambriento llenó de cosas buenas
    y a los ricos despidió con las manos vacías.
54 Ayudó a su siervo Israel
    y no se olvidó de ser misericordioso.
55 Pues lo prometió a nuestros antepasados,
    a Abraham y a sus descendientes para siempre.

1 Tesalonicenses 5:16-24

16 Estén siempre alegres. 17 Nunca dejen de orar. 18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.

19 No apaguen al Espíritu Santo. 20 No se burlen de las profecías, 21 sino pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno. 22 Aléjense de toda clase de mal.

Saludos finales de Pablo

23 Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. 24 Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.

Juan 1:6-8

Dios envió a un hombre llamado Juan el Bautista[a] para que contara acerca de la luz, a fin de que todos creyeran por su testimonio. Juan no era la luz; era solo un testigo para hablar de la luz.

Juan 1:19-28

El testimonio de Juan el Bautista

19 Este fue el testimonio que dio Juan cuando los líderes judíos enviaron sacerdotes y ayudantes del templo[a] desde Jerusalén para preguntarle:

—¿Quién eres?

20 Él dijo con toda franqueza:

—Yo no soy el Mesías.

21 —Bien. Entonces, ¿quién eres?—preguntaron—. ¿Eres Elías?

—No—contestó.

—¿Eres el Profeta que estamos esperando?[b]

—No.

22 —Entonces, ¿quién eres? Necesitamos alguna respuesta para los que nos enviaron. ¿Qué puedes decirnos de ti mismo?

23 Juan contestó con las palabras del profeta Isaías:

«Soy una voz que clama en el desierto:
    “¡Abran camino para la llegada del Señor!”»[c].

24 Entonces los fariseos que habían sido enviados 25 le preguntaron:

—Si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta, ¿con qué derecho bautizas?

26 Juan les dijo:

—Yo bautizo con[d] agua, pero aquí mismo, en medio de la multitud, hay alguien a quien ustedes no reconocen. 27 Aunque su servicio viene después del mío, yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo, ni de desatar las correas de sus sandalias.

28 Ese encuentro ocurrió en Betania, una región situada al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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