Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto».
80 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel,
tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José.
Oh Dios, entronizado por encima de los querubines,
despliega tu radiante gloria
2 ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Muéstranos tu gran poder.
¡Ven a rescatarnos!
3 Oh Dios, haznos volver a ti;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
4 Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales,
¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones?
5 Nos diste tristeza por comida,
y nos hiciste beber lágrimas en abundancia.
6 Nos convertiste en el desprecio[a] de las naciones vecinas.
Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma.
7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
17 Fortalece al hombre que amas,
al hijo que elegiste.
18 Entonces jamás volveremos a abandonarte.
Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más.
19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
Juicio contra los ricos opresores
2 ¡Qué aflicción les espera a ustedes que despiertan en la noche,
tramando planes malvados!
Se levantan al amanecer y se apuran a realizarlos,
solo porque tienen el poder para hacerlo.
2 Cuando quieren un pedazo de tierra,
encuentran la forma de apropiárselo.
Cuando quieren la casa de alguien,
la toman mediante fraude y violencia.
Estafan a un hombre para quitarle su propiedad
y dejan a su familia sin herencia.
3 Pero esto es lo que dice el Señor:
«Pagaré su maldad con maldad;
no podrán librar su cuello de la soga.
No volverán a caminar con orgullo,
porque será un tiempo terrible».
4 En aquel día sus enemigos se burlarán de ustedes
cuando entonen esta canción de lamento acerca de ustedes:
«¡Estamos acabados,
totalmente arruinados!
Dios confiscó la tierra,
nos la ha quitado.
Dio nuestros campos
a los que nos traicionaron[a]».
5 Entonces otros establecerán los límites de propiedad
y el pueblo del Señor no tendrá voz ni voto
en cómo se reparte la tierra.
Falsos y verdaderos profetas
6 «No digan semejantes cosas
—responde la gente—[b].
No profeticen así.
¡Esos desastres nunca nos llegarán!».
7 ¿Debes hablar de esa manera, oh familia de Israel[c]?
¿Tendrá paciencia el Espíritu del Señor con semejante comportamiento?
Si ustedes hicieran lo correcto,
encontrarían consuelo en mis palabras.
8 Sin embargo, hasta este mismo instante
mi pueblo se rebela contra mí, ¡como un enemigo!
Les roban hasta la camisa
a los que confiaban en ustedes
y los dejan tan andrajosos como hombres
que regresan de la guerra.
9 Desalojaron a las mujeres de sus cómodos hogares
y despojaron a sus hijos para siempre de todo lo que Dios les hubiera dado.
10 ¡Levántense! ¡Fuera!
Esta ya no es su tierra ni su hogar,
porque la llenaron de pecado
y la arruinaron por completo.
11 Supongamos que un profeta lleno de mentiras les dice:
«¡Les predicaré las delicias del vino y del alcohol!».
¡Esa es la clase de profeta que a ustedes les gustaría!
Esperanza de restauración
12 «Algún día, oh Israel, yo te reuniré;
juntaré al remanente que quedó.
Volveré a reunirlos como ovejas en su redil
y como un rebaño en su pastizal.
¡Sí, su tierra se llenará nuevamente
de ruidosas multitudes!
13 Su líder irrumpirá, se pondrá al frente
y los sacará del destierro,
a través de las puertas de las ciudades enemigas,
y los llevará de regreso a su propia tierra.
Su rey los conducirá;
el Señor mismo los guiará».
15 »Llegará el día cuando verán de lo que habló el profeta Daniel: el objeto sacrílego que causa profanación[a] de pie en el Lugar Santo. (Lector, ¡presta atención!). 16 Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas. 17 La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. 18 La persona que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo. 19 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan! 20 Y oren para que la huida no sea en invierno o en día de descanso. 21 Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande. 22 De hecho, a menos que se acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero se acortará por el bien de los elegidos de Dios.
23 »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean. 24 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios. 25 Miren, que les he advertido esto de antemano.
26 »Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean! 27 Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.[b] 28 Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.[c]
29 »Inmediatamente después de la angustia de esos días,
“El sol se oscurecerá,
la luna no dará luz,
las estrellas caerán del cielo,
y los poderes de los cielos serán sacudidos”[d] .
30 Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.[e] 31 Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo,[f] desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.
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