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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Salmos 83:1-4

Cántico. Salmo de Asaf.

83 Oh Dios, no guardes silencio;
    no te quedes, oh Dios, callado e impasible.
Mira cómo se alborotan tus enemigos,
    cómo te desafían los que te odian.
Con astucia conspiran contra tu pueblo;
    conspiran contra aquellos a quienes tú estimas.
Y dicen: «¡Venid, destruyamos su nación!
    ¡Que el nombre de Israel no vuelva a recordarse!»

Salmos 83:9-10

Haz con ellos como hiciste con Madián,
    como hiciste con Sísara y Jabín en el río Quisón,
10 los cuales perecieron en Endor
    y quedaron en la tierra, como estiércol.

Salmos 83:17-18

17 Que sean siempre puestos en vergüenza;
    que perezcan humillados.
18 Que sepan que tú eres el Señor,
    que ese es tu nombre;
que sepan que solo tú eres el Altísimo
    sobre toda la tierra.

Jueces 4:8-24

Barac le dijo:

―Solo iré si tú me acompañas; de lo contrario, no iré.

―¡Está bien, iré contigo! —dijo Débora—. Pero, por la manera en que vas a encarar este asunto, la gloria no será tuya, ya que el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.

Así que Débora fue con Barac hasta Cedes, 10 donde él convocó a las tribus de Zabulón y Neftalí. Diez mil hombres se pusieron a sus órdenes, y también Débora lo acompañó.

11 Héber el quenita se había separado de los otros quenitas que descendían de Hobab, el suegro de Moisés, y armó su campamento junto a la encina que está en Zanayin, cerca de Cedes.

12 Cuando informaron a Sísara de que Barac hijo de Abinoán había subido al monte Tabor, 13 Sísara reunió sus novecientos carros de hierro, y a todos sus soldados, desde Jaroset Goyim hasta el arroyo Quisón.

14 Entonces Débora le dijo a Barac:

―¡Adelante! Este es el día en que el Señor entregará a Sísara en tus manos. ¿Acaso no marcha el Señor al frente de tu ejército?

Barac descendió del monte Tabor, seguido por los diez mil hombres. 15 Ante el avance de Barac, el Señor desbarató a Sísara a filo de espada, con todos sus carros y su ejército, hasta tal punto que Sísara saltó de su carro y huyó a pie. 16 Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaroset Goyim. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada; no quedó nadie con vida.

17 Mientras tanto, Sísara había huido a pie hasta la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, pues había buenas relaciones entre Jabín, rey de Jazor, y el clan de Héber el quenita.

18 Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo:

―¡Adelante, mi señor! Entra por aquí. No tengas miedo.

Sísara entró en la tienda, y ella lo cubrió con una manta.

19 ―Tengo sed —dijo él—. ¿Podrías darme un poco de agua?

Ella destapó un odre de leche, le dio de beber, y volvió a cubrirlo.

20 ―Quédate a la entrada de la tienda —le dijo él—. Si alguien viene y te pregunta: “¿Hay alguien aquí?”, contéstale que no.

21 Pero Jael, esposa de Héber, tomó una estaca de la tienda y un martillo, y con todo sigilo se acercó a Sísara, quien agotado por el cansancio dormía profundamente. Entonces le clavó la estaca en la sien y se la atravesó, hasta clavarla en la tierra. Así murió Sísara.

22 Barac pasó por allí persiguiendo a Sísara, y Jael salió a su encuentro. «Ven —le dijo ella—, y te mostraré al hombre que buscas». Barac entró con ella, y allí estaba tendido Sísara, muerto y con la estaca atravesándole la sien.

23 Aquel día Dios humilló en presencia de los israelitas a Jabín, el rey cananeo. 24 Y el poder de los israelitas contra Jabín se consolidaba cada vez más, hasta que lo destruyeron.

Romanos 2:1-11

El justo juicio de Dios

Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?

Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a] Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán el gran castigo de Dios. Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; 10 pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. 11 Porque Dios no tiene favoritismos.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

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