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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Deuteronomio 34

Muerte de Moisés

34 Y subió Moisés desde la llanura de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó(A), y el Señor le mostró toda la tierra(B): Galaad hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental[a](C), el Neguev[b] y la llanura[c] del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras(D), hasta Zoar. Entonces le dijo el Señor: «Esta es la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob: “Yo la daré a tu descendencia[d](E)”. Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás a ella[e]».

Y allí murió Moisés, siervo del Señor(F), en la tierra de Moab(G), conforme a la palabra[f] del Señor. Y Él lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet Peor(H); pero nadie sabe hasta hoy el lugar de su sepultura(I). Aunque Moisés tenía 120 años(J) cuando murió, no se habían apagado sus ojos(K), ni había perdido su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto y duelo por Moisés.

Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los israelitas le escucharon e hicieron tal como el Señor había mandado a Moisés(L). 10 Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés(M), a quien el Señor conocía cara a cara(N), 11 nadie como él por todas las señales y prodigios que el Señor le mandó hacer en la tierra de Egipto, contra Faraón, contra todos sus siervos y contra toda su tierra, 12 y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante los ojos de todo Israel.

Salmos 90:1-6

LIBRO CUARTO

Salmo 90

La eternidad de Dios y lo transitorio del hombre

Oración de Moisés[a], hombre de Dios.

90 Señor, Tú has sido un refugio para nosotros(A)
De generación en generación.
Antes que los montes fueran engendrados(B),
Y nacieran la tierra y el mundo(C),
Desde la eternidad y hasta la eternidad(D), Tú eres Dios.
¶Haces que el hombre vuelva a ser polvo(E),
Y dices: «Vuelvan, hijos de los hombres».
Porque mil años ante Tus ojos(F)
Son como el día de ayer que ya pasó(G),
Y como una vigilia de la noche(H).
Tú los has barrido como un torrente(I), son como un sueño(J);
Son como la hierba que por la mañana reverdece(K);
Por la mañana florece(L) y reverdece;
Al atardecer se marchita(M) y se seca(N).

Salmos 90:13-17

13 ¶Vuelve(A), Señor; ¿hasta cuándo(B)?
Y compadécete de Tus siervos(C).
14 Sácianos(D) por la mañana con Tu misericordia,
Y cantaremos con gozo(E) y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos(F) conforme a los días que nos afligiste,
Y a los años en que vimos adversidad(G).
16 Sea manifestada Tu obra a Tus siervos(H),
Y Tu majestad a sus hijos(I),
17 Y sea la gracia del Señor(J) nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos(K);
Sí, la obra de nuestras manos confirma.

1 Tesalonicenses 2:1-8

Comportamiento de Pablo como ministro de Jesucristo

Porque ustedes mismos saben, hermanos, que nuestra visita[a] a ustedes(A) no fue en vano(B), sino que después de haber sufrido y sido maltratados(C) en Filipos(D), como saben, tuvimos el valor, confiados en nuestro Dios, de hablarles(E) el evangelio de Dios(F) en medio de mucha oposición(G). Pues nuestra exhortación(H) no procede de error(I) ni de impureza(J) ni es con engaño(K), sino que así como hemos sido aprobados por Dios(L) para que se nos confiara el evangelio(M), así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios(N) que examina[b] nuestros corazones(O). Porque como saben, nunca fuimos[c] a ustedes con palabras lisonjeras, ni con pretexto para sacar provecho(P). Dios es testigo(Q). Tampoco buscamos gloria de los hombres(R), ni de ustedes ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad[d](S).

Más bien demostramos ser[e] benignos[f](T) entre[g] ustedes, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos(U). Teniendo así un gran afecto por ustedes, nos hemos complacido en impartirles(V) no solo el evangelio de Dios(W), sino también nuestras propias vidas[h], pues llegaron a ser muy amados para nosotros.

Mateo 22:34-46

El gran mandamiento

34 (A)Los fariseos se agruparon al oír que Jesús había dejado callados a los saduceos(B). 35 Uno de ellos, intérprete de la ley[a](C), para poner a prueba[b] a Jesús, le preguntó: 36 «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?».

37 Y Él le contestó: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente(D). 38 Este es el grande y primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo(E). 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas(F)».

Jesús, Hijo y Señor de David

41 (G)Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo una pregunta: 42 «¿Cuál es la opinión de ustedes sobre el Cristo? ¿De quién es hijo?». «De David(H)», le contestaron* ellos.

43 Jesús les dijo*: «Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu[c](I)lo llama “Señor”, diciendo:

44 Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a Mi diestra,
Hasta que ponga a Tus enemigos debajo de Tus pies(J) ’”?

45 Pues si David lo llama “Señor”, ¿cómo es Él su hijo?». 46 Y nadie le pudo contestar ni una palabra(K), ni ninguno desde ese día se atrevió a hacer más preguntas a Jesús.

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