Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 130
Clamor de un pecador
Cántico de ascenso gradual.
130 Desde lo más profundo, oh Señor(A), he clamado a Ti.
2 ¡Señor, oye mi voz(B)!
Estén atentos Tus oídos(C)
A la voz de mis súplicas(D).
3 Señor, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades,
¿Quién, oh Señor, podría permanecer(E)?
4 Pero en Ti hay perdón(F),
Para que seas temido(G).
5 ¶Espero en el Señor; en Él espera mi alma(H),
Y en Su palabra tengo mi esperanza(I).
6 Mi alma espera al Señor
Más que los centinelas a la mañana;
Sí, más que los centinelas a la mañana(J).
7 Oh Israel, espera en el Señor(K),
Porque en el Señor hay misericordia(L),
Y en Él hay abundante redención(M);
8 Él redimirá a Israel
De todas sus iniquidades(N).
La copa de José
44 Entonces José ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: «Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costal(A). 2 Y mi copa, la copa de plata, ponla en la boca del costal del menor, con el dinero de su grano». Y el mayordomo hizo conforme a lo[a] que había dicho José. 3 Al rayar el alba[b], fueron despedidos los hombres con sus asnos.
4 Cuando ellos habían salido de la ciudad(B), y no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: «Levántate, sigue a esos[c] hombres. Cuando los alcances, diles: “¿Por qué han pagado mal por bien?[d] 5 ¿No es esta la copa en que bebe mi señor, y que de hecho usa para adivinar(C)? Obraron mal en lo que hicieron”».
6 Así que los alcanzó, les dijo estas palabras. 7 Y ellos le dijeron: «¿Por qué habla mi señor de esta manera[e]? Lejos esté de sus siervos hacer tal cosa. 8 El dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, se lo volvimos a traer de la tierra de Canaán(D). ¿Cómo, pues, habíamos de robar de la casa de su señor plata u oro? 9 Aquel de sus siervos que sea hallado con ella, que muera(E), y también nosotros entonces seremos esclavos de mi señor(F)».
10 Y él dijo: «Sea ahora también conforme a sus palabras. Aquel que sea hallado con ella será mi esclavo, y los demás de ustedes serán inocentes». 11 Ellos se dieron prisa. Cada uno bajó su costal a tierra, y cada cual abrió su costal. 12 El mayordomo registró, comenzando con el mayor y acabando con el menor, y la copa fue hallada en el costal de Benjamín(G). 13 Entonces ellos rasgaron sus vestidos(H), y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudad(I).
14 Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él(J). 15 Y José les dijo: «¿Qué acción es esta que han hecho? ¿No saben que un hombre como yo puede ciertamente adivinar(K)?».
16 Entonces dijo Judá: «¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Dios ha descubierto la iniquidad de sus siervos. Así que somos esclavos de mi señor(L), tanto nosotros como aquel en cuyo poder[f] fue encontrada la copa». 17 Pero José respondió: «Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder[g] ha sido encontrada la copa será mi esclavo. Pero ustedes, suban en paz a su padre».
Judá intercede por Benjamín
18 Entonces Judá se le acercó, y dijo: «Oh señor mío, permita a su siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda su ira contra su siervo(M), pues usted es como Faraón mismo(N). 19 Mi señor preguntó a sus siervos: “¿Tienen padre o hermano(O)?”. 20 Y respondimos a mi señor: “Tenemos un padre ya anciano y un hermano[h] pequeño(P), hijo de su vejez. Su hermano ha muerto(Q), así que solo queda él de los hijos de su madre, y su padre lo ama”.
21 »Entonces usted dijo a sus siervos: “Tráiganmelo para que yo lo vea[i](R)”. 22 Y nosotros respondimos a mi señor: “El muchacho no puede dejar a su padre, pues si dejara a su padre, este moriría”. 23 Usted, sin embargo, dijo a sus siervos: “Si su hermano menor no desciende con ustedes, no volverán a ver mi rostro(S)”.
24 »Aconteció, pues, que cuando subimos a mi padre, su siervo, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: “Regresen, cómprennos un poco de alimento(T)”. 26 Pero nosotros respondimos: “No podemos ir[j]. Si nuestro hermano menor va[k] con nosotros, entonces iremos[l]. Porque no podemos ver el rostro del hombre si nuestro hermano no está con nosotros”.
27 »Y mi padre, su siervo, nos dijo: “Ustedes saben que mi mujer me dio a luz dos hijos(U); 28 el uno salió de mi lado, y dije: ‘Seguro que ha sido despedazado(V)’, y no lo he visto desde entonces. 29 Si también se llevan a este de mi presencia[m], y algo malo le sucede, ustedes harán descender mis canas con dolor[n] al Seol[o](W)”.
30 »Ahora pues, cuando yo vuelva a mi padre, su siervo, y el muchacho no esté con nosotros, como su vida[p] está ligada a la vida del muchacho[q](X), 31 sucederá que cuando él vea que el muchacho no está con nosotros, morirá. Así pues, sus siervos harán descender las canas de nuestro padre, su siervo, con dolor al Seol(Y). 32 Porque yo, su siervo, me hice responsable[r] del muchacho con mi padre, diciendo: “Si no te lo traigo, que lleve yo la culpa[s] delante de mi padre para siempre[t](Z)”.
33 »Ahora pues, le ruego que quede este su siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos. 34 Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá[u] a mi padre?».
13 Pero a ustedes hablo, gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los gentiles(A), honro mi ministerio, 14 si en alguna manera puedo causar celos(B) a mis compatriotas[a](C) y salvar a algunos de ellos(D).
15 Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación(E) del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos(F)? 16 Y si el primer pedazo de masa(G) es santo, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
17 Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre(H), fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz[b] del olivo, 18 no seas arrogante para con las ramas. Pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti(I). 19 Dirás entonces(J): «Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado». 20 Muy cierto. Fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme[c](K). No seas altanero(L), sino teme; 21 porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.
22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios(M) si permaneces en Su bondad(N). De lo contrario también tú serás cortado(O). 23 Y también ellos, si no permanecen en su incredulidad(P), serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. 24 Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
La salvación de Israel al fin de los tiempos
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoren(Q) este misterio(R), para que no sean sabios en su propia opinión(S): que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial(T) hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles(U). 26 Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito:
«El Libertador vendrá de Sión;
Apartará la impiedad de Jacob(V).
27 -»Y este es Mi pacto[d] con ellos(W),
Cuando Yo quite sus pecados(X)».
28 En cuanto al evangelio[e], son enemigos(Y) por causa de ustedes, pero en cuanto a la elección[f] de Dios, son amados por causa de los padres(Z). 29 Porque los dones y el llamamiento de Dios(AA) son irrevocables(AB).
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