Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para el director del coro: salmo de David.
13 Oh Señor, ¿hasta cuándo te olvidarás de mí? ¿Será para siempre?
¿Hasta cuándo mirarás hacia otro lado?
2 ¿Hasta cuándo tendré que luchar con angustia en mi alma,
con tristeza en mi corazón día tras día?
¿Hasta cuándo mi enemigo seguirá dominándome?
3 Vuélvete hacia mí y contéstame, ¡oh Señor mi Dios!
Devuélvele el brillo a mis ojos, o moriré.
4 No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!».
No dejes que se regodeen en mi caída.
5 Pero yo confío en tu amor inagotable;
me alegraré porque me has rescatado.
6 Cantaré al Señor
porque él es bueno conmigo.
23 De allí Isaac se mudó a Beerseba, 24 donde el Señor se le apareció la noche de su llegada. «Yo soy el Dios de tu padre Abraham—dijo—. No tengas miedo, porque yo estoy contigo y te bendeciré. Multiplicaré a tus descendientes, y se convertirán en una gran nación. Lo haré a causa de la promesa que hice a Abraham, mi siervo». 25 Luego Isaac construyó allí un altar y adoró al Señor. Estableció su campamento en ese lugar, y sus siervos cavaron otro pozo.
Enseñanzas acerca del perdón y la fe
17 Cierto día, Jesús dijo a sus discípulos: «Siempre habrá tentaciones para pecar, ¡pero qué aflicción le espera a la persona que provoca la tentación! 2 Sería mejor que se arrojara al mar con una piedra de molino alrededor del cuello que hacer que uno de estos pequeños caiga en pecado. 3 Así que, ¡cuídense!
»Si un creyente[a] peca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo. 4 Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.