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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 86:11-17

11 Enséñame tus caminos, oh Señor,
    para que viva de acuerdo con tu verdad.
Concédeme pureza de corazón,
    para que te honre.
12 Con todo el corazón te alabaré, oh Señor mi Dios.
    Daré gloria a tu nombre para siempre,
13 porque muy grande es tu amor por mí.
    Me has rescatado de las profundidades de la muerte.[a]

14 Oh Dios, gente insolente se levanta en mi contra;
    una pandilla violenta trata de matarme.
    No significas nada para ellos.
15 Pero tú, oh Señor,
    eres Dios de compasión y misericordia,
lento para enojarte
    y lleno de amor inagotable y fidelidad.
16 Mírame y ten misericordia de mí.
    Dale tu fuerza a tu siervo;
    salva a este hijo de tu sierva.
17 Envíame una señal de tu favor.
    Entonces, los que me odian pasarán vergüenza,
    porque tú, oh Señor, me ayudas y me consuelas.

Génesis 16:1-15

Nacimiento de Ismael

16 Ahora bien, Sarai, la esposa de Abram, no había podido darle hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Agar. Entonces Sarai le dijo a Abram: «El Señor no me ha permitido tener hijos. Ve y acuéstate con mi sierva; quizá yo pueda tener hijos por medio de ella». Y Abram aceptó la propuesta de Sarai. Entonces Sarai, la esposa de Abram, tomó a Agar, la sierva egipcia, y la entregó a Abram como mujer. (Esto ocurrió diez años después de que Abram se estableció en la tierra de Canaán).

Así que Abram tuvo relaciones sexuales con Agar, y ella quedó embarazada; pero cuando Agar supo que estaba embarazada, comenzó a tratar con desprecio a su señora, Sarai. Entonces Sarai le dijo a Abram:

—¡Todo esto es culpa tuya! Puse a mi sierva en tus brazos pero, ahora que está embarazada, me trata con desprecio. El Señor mostrará quién está equivocado, ¡tú o yo!

Abram respondió:

—Mira, ella es tu sierva, así que haz con ella como mejor te parezca.

Entonces Sarai comenzó a tratar a Agar con tanta dureza que al final ella huyó.

El ángel del Señor encontró a Agar en el desierto junto a un manantial de agua, en el camino que lleva a Shur. El ángel le dijo:

—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y hacia dónde vas?

—Estoy huyendo de mi señora, Sarai—contestó ella.

El ángel del Señor le dijo:

—Regresa a tu señora y sométete a su autoridad.

10 Después añadió:

—Yo te daré más descendientes de los que puedas contar.

11 El ángel también dijo:

—Ahora estás embarazada y darás a luz un hijo. Lo llamarás Ismael (que significa “Dios oye”), porque el Señor ha oído tu clamor de angustia. 12 Este hijo tuyo será un hombre indomable, ¡tan indomable como un burro salvaje! Levantará su puño contra todos, y todos estarán en su contra. Así es, vivirá en franca oposición con todos sus familiares.

13 A partir de entonces, Agar utilizó otro nombre para referirse al Señor, quien le había hablado. Ella dijo: «Tú eres el Dios que me ve»[a]. También dijo: «¿De verdad he visto a Aquel que me ve?». 14 Así que ese pozo fue llamado Beer-lajai-roi (que significa «pozo del Viviente que me ve»). Aún se encuentra entre Cades y Bered.

15 Entonces Agar le dio un hijo a Abram, y Abram lo llamó Ismael.

Apocalipsis 2:1-7

Mensaje a la iglesia de Éfeso

»Escribe esta carta al ángel[a] de la iglesia de Éfeso. Este es el mensaje de aquel que tiene las siete estrellas en la mano derecha, del que camina en medio de los siete candelabros de oro:

»Yo sé todo lo que haces. He visto tu arduo trabajo y tu paciencia con perseverancia. Sé que no toleras a la gente malvada. Has puesto a prueba las pretensiones de esos que dicen ser apóstoles pero no lo son. Has descubierto que son mentirosos. Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido.

»Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio![b] ¡Mira hasta dónde has caído! Vuélvete a mí y haz las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, vendré y quitaré tu candelabro de su lugar entre las iglesias; pero tienes esto a tu favor: odias las obras malvadas de los nicolaítas, al igual que yo.

»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. A todos los que salgan vencedores, les daré del fruto del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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