Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 86
Salmo de súplica y confianza
Oración de David.
86 Inclina, oh Señor, Tu oído(A) y respóndeme,
Porque estoy afligido y necesitado(B).
2 Guarda mi alma(C), pues soy piadoso(D);
Tú eres mi Dios; salva a Tu siervo que en Ti confía(E).
3 Ten piedad de mí(F), oh Señor,
Porque a Ti clamo todo el día(G).
4 Alegra el alma de Tu siervo,
Porque a Ti, oh Señor, elevo mi alma(H).
5 Pues Tú, Señor, eres bueno(I) y perdonador(J),
Abundante en misericordia para con todos los que te invocan(K).
6 Escucha(L), oh Señor, mi oración,
Y atiende a la voz de mis súplicas.
7 En el día de la angustia(M) te invocaré,
Porque Tú me responderás(N).
8 No hay nadie como Tú entre los dioses(O), oh Señor,
Ni hay obras como las Tuyas(P).
9 Todas las naciones que Tú has hecho vendrán y adorarán delante de Ti, Señor,
Y glorificarán Tu nombre(Q).
10 Porque Tú eres grande(R) y haces maravillas(S);
Solo Tú eres Dios(T).
Jacob vuelve a Betel
35 Entonces Dios dijo a Jacob: «Levántate, sube a Betel(A) y habita allí. Haz allí un altar a Dios, que se te apareció(B) cuando huías de[a] tu hermano Esaú(C)». 2 Y Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él(D): «Quiten los dioses extranjeros que hay entre ustedes(E). Purifíquense y cámbiense los vestidos(F). 3 Levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios(G), quien me respondió en el día de mi angustia(H), y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado(I)». 4 Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder[b] y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina[c] que estaba junto a Siquem.
En la cárcel y libres otra vez
17 Pero levantándose el sumo sacerdote, y todos los que estaban con él, (es decir, la secta(A) de los saduceos(B)), se llenaron de celo. 18 Entonces echaron mano a los apóstoles y los pusieron en una cárcel pública(C). 19 Pero durante la noche, un ángel del Señor(D), abrió las puertas de la cárcel y sacándolos, les dijo: 20 «Vayan, preséntense en el templo, y hablen[a] al pueblo todo el mensaje[b](E) de esta Vida».
21 Habiendo oído esto, al amanecer entraron en el templo y enseñaban(F). Cuando llegaron el sumo sacerdote(G) y los que estaban con él, convocaron al Concilio[c](H), es decir[d], a todo el Senado de los israelitas. Y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. 22 Pero los guardias(I) que fueron no los encontraron en la cárcel; volvieron, pues, y les informaron: 23 «Encontramos la cárcel cerrada con toda seguridad y los guardias de pie a las puertas; pero cuando abrimos, a nadie hallamos dentro».
24 Cuando oyeron estas palabras el capitán de la guardia del templo(J) y los principales sacerdotes, se quedaron muy perplejos a causa de ellas, pensando en qué terminaría aquello[e]. 25 Pero alguien se presentó y les informó: «Miren, los hombres que pusieron en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo».
26 Entonces el capitán(K) fue con los guardias(L) y los trajo sin violencia porque temían(M) al pueblo, no fuera que los apedrearan.
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