Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
116 Amo al Señor porque escucha mi voz
y mi oración que pide misericordia.
2 Debido a que él se inclina para escuchar,
¡oraré mientras tenga aliento!
3 La muerte me envolvió en sus cuerdas;
los terrores de la tumba[a] se apoderaron de mí.
Lo único que veía era dificultad y dolor.
4 Entonces invoqué el nombre del Señor:
«¡Señor, por favor, sálvame!».
12 ¿Qué puedo ofrecerle al Señor
por todo lo que ha hecho a mi favor?
13 Levantaré la copa de la salvación
y alabaré el nombre del Señor por salvarme.
14 Cumpliré las promesas que le hice al Señor
en presencia de todo su pueblo.
15 Al Señor le conmueve profundamente
la muerte de sus amados.
16 Oh Señor, soy tu siervo;
sí, soy tu siervo, nací en tu casa;
me has liberado de mis cadenas.
17 Te ofreceré un sacrificio de agradecimiento
e invocaré el nombre del Señor.
18 Cumpliré mis votos al Señor
en presencia de todo su pueblo,
19 en la casa del Señor,
en el corazón de Jerusalén.
¡Alabado sea el Señor!
Alabanza por el juicio y la salvación
25 Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre,
porque tú eres mi Dios.
¡Tú haces cosas maravillosas!
Las planeaste hace mucho tiempo,
y ahora las has realizado.
2 Tú conviertes ciudades poderosas en montones de ruinas;
ciudades con murallas fuertes se convierten en escombros.
Hermosos palacios en tierras lejanas desaparecen
y jamás serán reconstruidos.
3 Por lo tanto, naciones fuertes proclamarán tu gloria;
naciones despiadadas te temerán.
4 Oh Señor, tú eres una torre de refugio para los pobres,
una torre de refugio para los necesitados en su angustia.
Eres refugio de la tempestad
y amparo del calor.
Pues los actos opresivos de la gente despiadada
son como una tormenta que azota los muros,
5 o como el calor implacable del desierto.
Sin embargo, tú haces callar el rugido de las naciones extranjeras.
Como la sombra de una nube aplaca el incesante calor,
tú silencias las canciones vanidosas de la gente despiadada.
8 Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. 9 La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas.
10 Incluso los profetas quisieron saber más cuando profetizaron acerca de esta salvación inmerecida que estaba preparada para ustedes. 11 Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría.
12 Se les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos sino para ustedes. Y ahora esta Buena Noticia les fue anunciada a ustedes por medio de aquellos que la predicaron con el poder del Espíritu Santo, enviado del cielo. Todo es tan maravilloso que aun los ángeles observan con gran expectación cómo suceden estas cosas.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.