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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 114

114 Cuando los israelitas escaparon de Egipto
    —cuando la familia de Jacob dejó esa tierra extranjera—,
la tierra de Judá se convirtió en el santuario de Dios,
    e Israel llegó a ser su reino.

El mar Rojo[a] los vio venir y se apuró a quitarse del camino;
    el agua del río Jordán se hizo a un lado.
¡Las montañas saltaron como carneros,
    las colinas brincaron como corderos!
¿Qué te pasa, mar Rojo, qué te llevó a quitarte del camino?
    ¿Qué sucedió, río Jordán, que te hiciste a un lado?
Montañas, ¿por qué saltaron como carneros?
    Colinas, ¿por qué brincaron como corderos?

Tiembla, oh tierra, ante la presencia del Señor,
    ante el Dios de Jacob.
Él convirtió la roca en una laguna de agua;
    sí, de la roca sólida fluyó un manantial.

Jonás 1

Jonás huye del Señor

El Señor le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitai: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto lo perversa que es su gente».

Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del Señor. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Pagó su pasaje, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del Señor.

Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco. Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco.

Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco, así que el capitán bajó a buscarlo. «¿Cómo puedes dormir en medio de esta situación?—le gritó—. ¡Levántate y ora a tu dios! Quizá nos preste atención y nos perdone la vida».

Entonces la tripulación echó suertes para ver quién había ofendido a los dioses y causado tan terrible tempestad. Cuando lo hicieron, la suerte señaló a Jonás como el culpable. Así que los marineros le reclamaron:

—¿Por qué nos ha venido esta espantosa tormenta? ¿Quién eres? ¿En qué trabajas? ¿De qué país eres? ¿Cuál es tu nacionalidad?

—Soy hebreo—contestó Jonás—y temo al Señor, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra.

10 Los marineros se aterraron al escuchar esto, porque Jonás ya les había contado que huía del Señor.

—¿Ay, por qué lo hiciste?—gimieron.

11 Como la tormenta seguía empeorando, le preguntaron:

—¿Qué debemos hacer contigo para detener esta tempestad?

12 —Échenme al mar—contestó Jonás—y volverá la calma. Yo sé que soy el único culpable de esta terrible tormenta.

13 Sin embargo, los marineros remaron con más fuerza para llevar el barco a tierra, pero la tempestad era tan violenta que no lo lograron. 14 Entonces clamaron al Señor, Dios de Jonás: «Oh Señor—le rogaron—, no nos dejes morir por el pecado de este hombre y no nos hagas responsables de su muerte. Oh Señor, has enviado esta tormenta sobre él y solo tú sabes por qué».

15 Entonces los marineros tomaron a Jonás y lo lanzaron al mar embravecido, ¡y al instante se detuvo la tempestad! 16 Los marineros quedaron asombrados por el gran poder del Señor, le ofrecieron un sacrificio y prometieron servirle.

17 [a]Entre tanto, el Señor había provisto que un gran pez se tragara a Jonás; y Jonás estuvo dentro del pez durante tres días y tres noches.

1 Corintios 15:19-28

19 Y si nuestra esperanza en Cristo es solo para esta vida, somos los más dignos de lástima de todo el mundo.

20 Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.

21 Así que, ya ven, tal como la muerte entró en el mundo por medio de un hombre, ahora la resurrección de los muertos ha comenzado por medio de otro hombre. 22 Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva; 23 pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese.

24 Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad. 25 Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo que será destruido es la muerte. 27 Pues las Escrituras dicen: «Dios ha puesto todas las cosas bajo su autoridad»[a]. (Claro que, cuando dice «todas las cosas están bajo su autoridad», no incluye a Dios mismo, quien le dio a Cristo su autoridad). 28 Entonces, cuando todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo bajo la autoridad de Dios, para que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre todas las cosas, sea completamente supremo sobre todas las cosas en todas partes.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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