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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 51

¡Ten compasión de mí!

Al director. Canción de David, cuando el profeta Natán fue a reprenderlo por haber cometido adulterio con Betsabé.

Ten compasión de mí, Dios mío,
    conforme a tu fiel amor;
conforme a tu gran misericordia,
    borra mis rebeliones.
Lava todas mis culpas
    y límpiame de mi pecado.

Reconozco que he sido rebelde,
    siempre tengo presente mi pecado.
Pequé contra ti y sólo contra ti,
    delante de ti hice lo que es malo;
por eso tu sentencia es justa,
    y tu juicio es irreprochable.
Yo nací culpable;
    mi madre me concibió pecador.
Tú amas la verdad acerca de lo que se oculta
    y quieres que yo sea sabio en lo íntimo.
Purifícame con hisopo de olor agradable y quedaré limpio;
    lávame y quedaré más blanco que la nieve.
Hazme sentir felicidad y alegría;
    que se alegren los huesos que has quebrantado.
Aparta tu vista de mis pecados
    y borra toda mi maldad.

10 Dios mío, crea en mí un corazón limpio.
    Una vez más quiero ser fiel en mí espíritu.
11 No me alejes de ti;
    ni me quites tu santo Espíritu.
12 Hazme sentir de nuevo la alegría de tu salvación;
    y que me sostenga tu Espíritu que me guía.
13 Les enseñaré a los rebeldes tus caminos,
    y los pecadores se volverán a ti.

14 Dios mío, mi Dios Salvador,
    merezco la muerte,
pero no me castigues,
    y gritaré de alegría que eres justo.
15 Señor, abre mis labios,
    y te cantaré alabanzas.
16 A ti no te complacen las ofrendas,
    ni los sacrificios que deben quemarse completamente;
    si así fuera, yo te los ofrecería.
17 Los sacrificios a Dios son un espíritu quebrantado;
    tú no despreciarás al de corazón humilde y arrepentido.

18 Sé bueno con Sion,
    reconstruye las murallas de Jerusalén.
19 Entonces aceptarás los sacrificios apropiados, las ofrendas,
    y los sacrificios que deben quemarse completamente.
    Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

Jonás 3

Dios llama y Jonás obedece

El SEÑOR habló por segunda vez con Jonás y le dijo: «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y avisa lo que te voy a decir».

Jonás obedeció al SEÑOR y se fue para Nínive, una ciudad tan grande que se necesitaban tres días para recorrerla.[a] Al llegar, Jonás recorrió la ciudad todo un día anunciando a gran voz: «¡Nínive será destruida dentro de 40 días!»

La gente de Nínive le creyó a Dios, anunciaron ayuno y desde el más importante hasta el más humilde se vistieron con ropa áspera. Cuando el rey de Nínive se enteró de la noticia, se levantó del trono, se quitó sus vestidos reales, se puso ropa áspera y se sentó sobre cenizas. Entonces el rey dio a conocer esta orden a todo el pueblo:

«Por orden del rey y sus altos funcionarios:

»Ninguna persona o animal, ni ganado ni rebaño, probará alimento alguno, ni pastará ni tomará agua. Al contrario, que se cubran todos, hombres y animales, con ropa áspera. Rueguen a Dios con todas sus fuerzas. Deje cada uno su mala conducta y abandone la violencia que ha estado cometiendo. ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, calme el ardor de su ira y así no tengamos que morir».

10 Dios vio lo que hicieron, se dio cuenta que dejaban su mala conducta, entonces cambió de parecer respecto al castigo que les tenía preparado y no lo llevó a cabo.

Romanos 1:1-7

Esta carta la escribo yo, Pablo, siervo de Jesucristo, quien me designó para ser apóstol. Me designó para anunciar a todos las buenas noticias de Dios.

Las buenas noticias fueron prometidas hace mucho tiempo, por medio de los profetas en las Sagradas Escrituras. Las buenas noticias anuncian la venida del Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Como ser humano, nació de la familia de David. Mas cuando fue resucitado de entre los muertos por el Espíritu Santo[a], se le dio plena autoridad para reinar como Hijo de Dios.

Por medio de Cristo, Dios me dio el privilegio de ser apóstol para que la gente de todas las naciones crea y obedezca; hago este trabajo para honrar a Cristo. A ustedes también Dios los ha llamado para pertenecer a Jesucristo.

Esta carta la escribo para toda la gente de Roma que Dios ama y ha llamado para ser su pueblo santo.

Que la paz y el generoso amor de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con ustedes.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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