Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 2
El reino del Ungido del Señor
2 ¿Por qué se sublevan las naciones[a](A),
Y los pueblos traman cosas vanas(B)?
2 Se levantan los reyes de la tierra(C),
Y los gobernantes traman unidos
Contra el Señor(D) y contra Su Ungido[b](E), diciendo:
3 «¡Rompamos Sus cadenas(F)
Y echemos de nosotros Sus cuerdas!».
4 ¶El que se sienta como Rey en los cielos se ríe(G),
El Señor se burla de ellos(H).
5 Luego les hablará en Su ira(I),
Y en Su furor los aterrará, diciendo:(J)
6 «Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey(K)
Sobre Sión, Mi santo monte(L)».
7 ¶«Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú,
Yo te he engendrado hoy(M).
8 -”Pídeme, y te daré(N) las naciones como herencia Tuya(O),
Y como posesión Tuya los confines de la tierra(P).
9 -”Tú los quebrantarás con vara[c] de hierro(Q);
Los desmenuzarás como vaso de alfarero(R)”».
10 ¶Ahora pues, oh reyes, muestren discernimiento(S);
Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.
11 Adoren[d] al Señor con reverencia(T),
Y alégrense con temblor(U).
12 Honren al Hijo(V) para que no se enoje y perezcan en el camino,
Pues puede inflamarse de repente Su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian(W)!
20 Y Acab dijo a Elías(A): «¿Me has encontrado, enemigo mío?». Y él respondió: «Te he encontrado, porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos del Señor(B). 21 Por tanto, traeré mal sobre ti, te barreré completamente y cortaré(C) de Acab todo varón, tanto siervo como libre en Israel. 22 Haré tu casa como la casa de Jeroboam(D), hijo de Nabat, y como la casa de Baasa(E), hijo de Ahías, por la provocación con la que me has provocado a ira y porque has hecho pecar a Israel(F). 23 También de Jezabel ha hablado el Señor: “Los perros comerán a Jezabel en la parcela[a] de Jezreel(G)”. 24 Cualquiera de Acab que muera en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo(H)».
25 Ciertamente no hubo nadie como Acab que se vendiera para hacer lo malo(I) ante los ojos del Señor, porque Jezabel su mujer lo había convencido. 26 Su conducta fue muy abominable, pues fue tras los ídolos(J) conforme a todo lo que habían hecho los amorreos(K), a los que el Señor había echado de delante de los israelitas.
27 Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido[b](L). 28 Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita, diciendo: 29 «¿Ves como Acab se ha humillado delante de Mí? Porque se ha humillado delante de Mí, no traeré el mal en sus días; pero en los días de su hijo(M) traeré el mal sobre su casa».
La venida de Elías
9 (A)Cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó que no contaran a nadie(B) lo que habían visto, hasta que[a] el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. 10 Y se guardaron para sí lo que fue dicho, discutiendo entre sí qué significaría[b] eso de resucitar de entre los muertos. 11 Le preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero(C)?».
12 «Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará[c] todas las cosas», les dijo. «Y, sin embargo, ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre(D)que ha de padecer mucho(E)y ser despreciado? 13 Pero Yo les digo que Elías ya[d]ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él».
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation