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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Isaías 58:1-9

El ayuno que Dios toma en cuenta

58 »Grita fuerte, sin refrenarte.
    Levanta tu voz como una trompeta.
Dile a mi pueblo cuál es su rebeldía,
    a la familia de Jacob cuál es su pecado.
Día a día vienen a adorarme
    y pretenden que quieren conocer mi voluntad
como si fueran una nación que hubiera hecho lo correcto
    y nunca hubiera abandonado la ley de Dios.
Me piden decisiones justas
    y están ansiosos de acercarse a mí.
¿Para qué ayunamos, si no lo ves?
    ¿Para qué nos humillamos, si no lo notas?

»Ustedes hacen lo que les gusta hacer en su día de ayuno.
    Explotan a todos sus trabajadores.
El ayuno de ustedes consiste en discutir y pelear,
    en golpearse unos a otros con puños perversos.
No es ese tipo de ayuno el que les servirá
    para hacerse oír en los cielos.
¿Es que acaso este es el ayuno que yo elegí?
    ¿Un día para afligirse uno mismo?
¿Inclinarse con la cabeza agachada como un junco?
    ¿Acostarse con ropas ásperas y en ceniza?
¿A eso es a lo que ustedes llaman un día de ayuno
    que le agrada al SEÑOR?

»¿No es más bien el ayuno que yo prefiero
    quitar las cadenas de injusticia,
    desatar las cuerdas del yugo,
dejar libre al oprimido
    y romper todo yugo?
¿No es compartir tu alimento con el que tiene hambre
    y darle hospedaje en tu casa al pobre que no tiene dónde vivir?
¿No es dar de vestir al desnudo
    y dejar de esconderte de tus familiares?

»Entonces tu luz brillará como el amanecer,
    y tus heridas sanarán pronto.
Irá delante de ti quien te declara sin culpa
    y la gloria del SEÑOR te seguirá.
Así tú llamarás y el SEÑOR responderá.
    Gritarás pidiendo ayuda y él te dirá: “Aquí estoy”.

»Si quitas de ti la opresión,
    el dedo acusador y las palabras perversas,

Isaías 58:9-12

Así tú llamarás y el SEÑOR responderá.
    Gritarás pidiendo ayuda y él te dirá: “Aquí estoy”.

»Si quitas de ti la opresión,
    el dedo acusador y las palabras perversas,
10 si compartes tu alimento con el que tiene hambre
    y satisfaces las necesidades del oprimido,
entonces tu luz brillará como el amanecer.
    Tus sombras serán como luz de mediodía.
11 El SEÑOR te guiará permanentemente,
    dará satisfacción a tus necesidades
cuando estés en tierras resecas,
    y fortalecerá tus huesos.
Serás como un jardín,
    como manantial de agua que nunca se seca.
12 Reconstruirás las ruinas antiguas.
    Edificarás sobre los cimientos antiguos.
Te llamarán “reparador de murallas destrozadas”
    y “restaurador de calles habitadas”.

Salmos 112:1-9

Al justo le va bien

¡Aleluya!

Qué afortunado es el que teme al SEÑOR
    y le gusta mucho hacer lo que él manda.
Sus descendientes serán poderosos.
    Los que viven con honestidad serán bendecidos.
Su casa estará llena de riquezas y bienestar;
    la causa justa que apoya seguirá en pie.
Habrá luz en medio de la oscuridad para la gente honesta,
    porque Dios es misericordioso, compasivo y justo.
Le va bien a quien presta con generosidad
    y sabe administrar sus asuntos con justicia.
El justo siempre será recordado,
    nunca caerá.
No les teme a las malas noticias;
    porque su corazón está firme,
    confiado en el SEÑOR.
Siempre tiene confianza y no siente miedo;
    por eso podrá vencer a sus enemigos.
Reparte sus bienes,
    da a los pobres.
Nunca deja de hacer lo que es justo
    y recibirá grandes honores.

Salmos 112:10

10 Cuando el perverso se dé cuenta de esto,
    se enojará y rechinará los dientes,
pero pronto desaparecerá
    y nunca logrará lo que desea.

1 Corintios 2:1-12

El mensaje de Cristo crucificado

Estimados hermanos, cuando los visité, les anuncié el plan secreto de Dios sin usar palabras elevadas ni de gran sabiduría. Pues decidí que mientras estuviera con ustedes me olvidaría de todo, excepto de Jesucristo; y que haría énfasis en su muerte en la cruz. Estaba débil y temblaba de miedo cuando me presenté ante ustedes. Yo no anuncié el mensaje con palabras astutas como las que se usan para convencer a la gente; al contrario, fue el Espíritu quien con poder demostró que lo que dije es verdad, para que su fe se apoye en el poder de Dios y no en la sabiduría humana.

La sabiduría de Dios

Ahora bien, es cierto que enseñamos sabiduría entre los que son maduros. Pero la sabiduría que compartimos no viene de este mundo ni de los que lo gobiernan, quienes están perdiendo todo su poder. Lo que enseñamos es la sabiduría secreta de Dios que ha estado oculta desde el comienzo del mundo. El propósito de Dios es usar esta sabiduría para nuestra gloria. Y ninguno de los gobernantes de este mundo la entiende. Si la hubieran conocido, no habrían crucificado al glorioso Señor. (A)Pero, así está escrito:

«Ningún ojo ha visto,
    ningún oído ha escuchado
y nadie ha imaginado
    lo que Dios tiene preparado
    para aquellos que lo aman».[a]

10 Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del Espíritu porque el Espíritu lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios. 11 Nadie puede saber los pensamientos de los demás. El único que sabe los pensamientos de alguien es el espíritu que está dentro de él. Igualmente, nadie sabe los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios. 12 Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para poder entender lo que Dios nos ha dado.

1 Corintios 2:13-16

13 Cuando hablamos de eso, no usamos las palabras que nos enseña la sabiduría humana, sino las que nos enseña el Espíritu. Usamos palabras espirituales para explicar lo espiritual. 14 El que no es espiritual no acepta lo que viene del Espíritu de Dios porque le parece una tontería. No puede entenderlo porque eso tiene que juzgarse espiritualmente. 15 En cambio, el que es espiritual puede juzgarlo todo, pero a él nadie lo puede juzgar. Pues así está escrito:

16 (A)«¿Quién conoce la mente del Señor?
    ¿Quién puede darle consejo?»[a]

Pero nosotros tenemos la mentalidad de Cristo.

Mateo 5:13-20

Sal y luz del mundo

(Mr 9:50; 4:21; Lc 14:34-35; 8:16)

13 »Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo podría volver a ser salada? Ya no sirve para nada sino para ser tirada y pisada por la gente.

14 »Ustedes son la luz que alumbra al mundo. Una ciudad que está en un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto, sino sobre el candelero para que ilumine a todos en la casa. 16 Así mismo, ustedes deben ser luz para los demás de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y adoren a su Padre que está en los cielos.

Jesús y la ley

17 »No piensen que he venido para acabar con la ley de Moisés o la enseñanza de los profetas. No he venido para acabar con ellas, sino para darles completo significado. 18 Les digo la verdad: hasta que pasen el cielo y la tierra, no pasará ni una letra ni una tilde de la ley hasta que todo esto se cumpla. 19 Así que cualquiera que desobedezca alguno de los mandamientos por muy pequeño que sea y les enseñe a otros a desobedecerlo, será considerado muy pequeño en el reino de Dios. En cambio, el que los obedezca todos y enseñe a obedecerlos será considerado grande en el reino de Dios. 20 Porque les digo a ustedes, no entrarán en el reino de Dios a menos que practiquen la justicia mejor que los maestros de la ley y los fariseos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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