Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Rey poderoso
1 El SEÑOR es el Rey,
que todas las naciones tiemblen de miedo.
Él tiene su trono sobre los ángeles querubines,
la tierra se mueve.
2 El SEÑOR de Sion es grandioso;
está por encima de todos los seres humanos.
3 Que todos alaben su nombre grande y asombroso,
porque Dios es santo.
4 Oh, Rey poderoso, tú amas la justicia;
tú fuiste quien estableciste la igualdad.
Has hecho justicia
y obrado con rectitud con Jacob.
5 Alaben al SEÑOR nuestro Dios
y póstrense ante el estrado de sus pies;
¡Él es santo!
6 Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes,
y Samuel entre los que oraban a Dios.
Ellos llamaban al SEÑOR
y él les respondía.
7 Dios les habló desde la columna de nube;
ellos cumplieron las leyes y obedecieron sus órdenes.
8 SEÑOR Dios nuestro, tú les respondiste.
Fuiste para ellos un Dios que perdona,
aunque también castigaste sus malas acciones.
9 Alaben al SEÑOR nuestro Dios;
póstrense ante su santo monte,
porque el SEÑOR nuestro Dios es santo.
El becerro de oro
15 Entonces volví y bajé del monte que estaba ardiendo en fuego. Las dos tablas del pacto estaban en mis manos. 16 Luego miré y vi que ustedes habían pecado contra el SEÑOR su Dios. Se habían hecho un ídolo de metal en forma de becerro; se habían apartado rápidamente de lo que el SEÑOR les había mandado. 17 Entonces tomé las tablas y con mis propias manos las arrojé y las despedacé, como ustedes vieron. 18 Luego, como hice antes, me arrodillé delante del SEÑOR por 40 días y 40 noches, durante los cuales no comí ni bebí nada. Hice esto debido a todo el pecado que ustedes habían cometido al hacer lo que le disgusta al SEÑOR y de esa forma provocaron su enojo. 19 Yo tenía miedo de la ira y enojo del SEÑOR, él estaba tan enojado que iba a destruirlos, pero el SEÑOR también me escuchó esta vez. 20 El SEÑOR estaba tan enojado con Aarón como para acabar con él, pero esa vez también oré por Aarón. 21 Luego tomé ese objeto horrible que ustedes habían hecho, el becerro, y lo quemé en el fuego, lo rompí en pedazos y lo molí hasta que quedó hecho polvo. Luego tiré ese polvo al arroyo que bajaba del monte.
22 También ustedes hicieron enojar al SEÑOR en Taberá, Masá y Quibrot Hatavá. 23 Cuando el SEÑOR los envió desde Cades Barnea y les dijo: «Suban y ocupen la tierra que les estoy dando», ustedes se rebelaron en contra del mandato del SEÑOR su Dios. No creyeron en él y no le obedecieron. 24 Ustedes han sido rebeldes contra el SEÑOR desde el primer día que los conocí.
Jesús alaba al Padre
(Mt 11:25-27; 13:16-17)
21 En ese momento, Jesús, lleno de alegría del Espíritu Santo, dijo: «Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y se las has revelado a estos que son como niños. Sí Padre, porque así te agradó.
22 »Mi Padre me ha dado todo. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo».
23 Dándose vuelta hacia sus seguidores, les dijo en privado: «Afortunados los ojos que ven lo que ustedes ven. 24 Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron. Ellos quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron».
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