Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
2 Dios es mi salvación,
confiaré en él y no tendré miedo.
El Señor DIOS, es mi fuerza y canción;
se ha convertido en mi salvación[a]».
3 Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de salvación.
4 Ese día ustedes dirán:
«Den gracias al SEÑOR, alaben su nombre.
Anuncien entre los pueblos sus hechos.
Den a conocer que él es grandioso.
5 Canten alabanzas al SEÑOR por sus grandes obras,
que todo el mundo lo sepa.
6 Grita y canta de alegría, habitante de Sion
porque es grande el Santo de Israel que está contigo».
8 Fíjense bien,
el Señor DIOS vigila a este reino de pecadores.
El SEÑOR dice:
«Los haré desaparecer de la faz de la tierra,
pero no destruiré por completo a la familia de Jacob.
9 Daré la orden,
y el pueblo de Israel será dispersado por todo el mundo.
Será como cuando se zarandea la harina;
la buena pasa, pero la mala se queda en el colador.
10 Todos esos pecadores de mi pueblo,
que dicen que nada malo va a pasarles,
todos ellos morirán a espada.
Dios promete restaurar el reino
11 »La choza de David fue derribada,
pero llegará el día en que la levantaré de nuevo.
Arreglaré los daños en sus muros
y la rescataré de sus ruinas
para reconstruirla tal como fue hace mucho tiempo,
12 para que ellos conquisten lo que queda de Edom
y todas las naciones que una vez fueron mi posesión».
Lo dice el SEÑOR,
y él se encargará de que así suceda.
13 Estas son palabras del SEÑOR:
«Llegarán días en que no habrán terminado de cosechar,
cuando ya estarán sembrando.
No habrán terminado de pisar las uvas,
cuando ya estarán sembrando.
De los montes y colinas bajarán
manantiales de vino.
14 Yo restauraré la prosperidad de mi pueblo Israel.
Ellos volverán a construir sus ciudades y vivirán allí.
Plantarán viñedos y beberán su vino.
Sembrarán huertos y comerán sus frutos.
15 Plantaré a mi pueblo en su tierra,
y nunca más serán desterrados de la tierra que les di».
Es lo que dice el SEÑOR su Dios.
Nacimiento de Juan el Bautista
57 Cuando llegó el momento de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes se alegraron con ella al escuchar que el Señor había sido tan bueno con ella. 59 A los ocho días de nacido, cuando el niño iba a ser circuncidado, vinieron, y querían ponerle por nombre Zacarías, como su papá. 60 Pero la mamá levantó la voz y dijo:
—¡No! Su nombre debe ser Juan.
61 Ellos le dijeron:
—Ninguno de tus familiares se llama así.
62 Entonces, por señas le preguntaron a Zacarías qué nombre le quería poner a su hijo. 63 Pidió que le trajeran una tabla en la que escribió: «Su nombre es Juan». Todos se quedaron atónitos. 64 Inmediatamente se le soltó la lengua y empezó a hablar y a alabar al Señor. 65 Todos los vecinos se atemorizaron. Se corrió la voz de lo sucedido por toda la región montañosa donde vivían en Judea. 66 La gente se preguntaba: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque estaba claro que el poder del Señor estaba con él.
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