Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 63

Salmo 63 (62)

Te bendeciré mientras viva

63 Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá.
Oh Dios, tú eres mi Dios y al alba te busco;
de ti tengo sed y por ti desfallezco
en una tierra árida, seca y sin agua.
Te contemplé en tu santuario,
vi tu poder y tu gloria.
Tu amor es mejor que la vida,
mis labios cantarán tu alabanza.
Te bendeciré mientras viva,
por tu nombre alzaré mis manos.
Me saciaré de aceite y de grasa,
te ensalzará mi boca con gozo.
Si acostado te recuerdo,
no duermo pensando en ti;
pues tú eres mi socorro,
bajo tus alas me regocijo.
Estoy adherido a ti,
tu diestra me sostiene.
10 Quienes desean destruirme
acabarán bajo la tierra,
11 quedarán a merced de la espada,
serán presa de chacales.
12 Y el rey se alegrará en Dios,
se gozará quien juró por él
y enmudecerán los mentirosos.

2 Reyes 23:15-25

15 También derribó el altar de Betel y el santuario construido por Jeroboán, el hijo de Nabat, con el que hizo pecar a Israel; quemó el santuario hasta reducirlo a cenizas y quemó igualmente el poste sagrado. 16 Josías giró el rostro y al ver los sepulcros que había en el monte, mandó recoger los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar, para profanarlo, cumpliendo así la palabra del Señor proclamada por el hombre de Dios que predijo estos hechos. 17 Luego preguntó:

— ¿Qué monumento es ese que veo?

La gente de la ciudad le respondió:

— Es la sepultura del hombre de Dios que vino de Judá y profetizó todo lo que acabas de hacer contra el altar de Betel.

18 Entonces Josías ordenó:

— Déjenlo. Que nadie toque sus huesos.

— Y así se respetaron sus huesos junto con los del profeta que había venido de Samaría.

19 Josías eliminó también todas las construcciones de los santuarios locales construidos por los reyes de Israel en las ciudades de Samaría para provocar la indignación del Señor e hizo con ellos lo mismo que había hecho en Betel. 20 Luego degolló sobre los altares a todos los sacerdotes de los santuarios que había allí, quemó sobre ellos huesos humanos y regresó a Jerusalén.

Celebración de la Pascua (2 Cr 35,1.18-19)

21 Entonces el rey ordenó a todo el pueblo:

— Celebren la Pascua en honor del Señor, su Dios, según está escrito en este Libro de la Alianza.

22 No se había celebrado una Pascua como esta desde la época en que los jueces gobernaban a Israel, ni durante el período de los reyes de Israel y de Judá. 23 Esta Pascua en honor del Señor se celebró en Jerusalén el año décimo octavo del reinado de Josías.

Conclusión de la reforma y del reinado de Josías (2 Cr 35,26-27; 36,1)

24 Finalmente, Josías eliminó también a los brujos y adivinos, así como los dioses familiares, los ídolos y todas las aberraciones religiosas que encontró en el territorio de Judá y en Jerusalén, cumpliendo así las cláusulas de la ley escritas en el libro que el sacerdote Jilquías había encontrado en el Templo.

25 Ni antes ni después de Josías hubo un rey como él, que se convirtiera al Señor de todo corazón y con toda el alma, totalmente de acuerdo con la ley de Moisés.

Apocalipsis 11:1-14

Los dos testigos y la bestia

11 Recibí después una vara de medir semejante a un bastón, y me ordenaron:

— Ve, toma las medidas del Templo de Dios y de su altar y cuenta el número de sus adoradores. Pero no midas el patio exterior; déjalo aparte, porque ha sido entregado como botín a las naciones, que hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses. Será entonces cuando yo envíe a mis dos testigos, para que, austeramente vestidos, proclamen el mensaje profético de Dios durante mil doscientos sesenta días. Me refiero a los dos olivos y a los dos candeleros que se mantienen firmes en presencia del Señor de la tierra. ¡Que nadie intente hacerles daño, pues de su boca sale fuego que devora a sus enemigos; irremisiblemente debe perecer quien intente hacerles daño! Tienen poder para cerrar el cielo e impedir que llueva mientras proclaman su mensaje profético; pueden convertir el agua en sangre; pueden herir la tierra cuantas veces quieran con toda clase de calamidades. Pero, una vez concluido su testimonio, surgirá del abismo la bestia, que entrará en combate contra ellos, los derrotará y los matará. Sus cadáveres estarán expuestos al público en la plaza de la gran ciudad a la que se da el nombre simbólico de Sodoma y Egipto, y en la que fue también crucificado su Señor. Tres días y medio estarán expuestos los cadáveres a la vista de gentes de todo pueblo, raza, lengua y nación, sin que nadie pueda darles sepultura. 10 Mientras tanto, se desbordará el júbilo y la alegría de los habitantes de la tierra por su muerte. Hasta se harán regalos unos a otros, ya que aquellos dos profetas les habían amargado la existencia. 11 Pero al cabo de los tres días y medio, Dios los hizo revivir y los puso de nuevo en pie, para asombro y terror de quienes los contemplaban.

12 Oí entonces una fuerte voz que les decía desde el cielo:

— Suban aquí.

Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos. 13 En ese momento se desencadenó un formidable terremoto: la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas perecieron víctimas del terremoto. Los supervivientes, sobrecogidos de espanto, alabaron al Dios del cielo.

14 Atrás ha quedado la segunda calamidad, pero la tercera está a las puertas.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España