Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El Señor hace maravillas
1 ¡Aleluya!
Agradezco al SEÑOR de todo corazón,
en compañía de la gente honesta
y ante toda la comunidad.
2 El SEÑOR hace maravillas;
las experimentan[a] los que están felices con ellas.
3 Sus obras son gloriosas y excelentes;
su justicia nunca se acaba.
4 Ha hecho inolvidables sus maravillas;
el SEÑOR es compasivo y misericordioso.
5 Dios alimenta a los que lo respetan,
nunca se olvida de su pacto con ellos.
6 Él les dio a ellos la tierra de otras naciones
y así les mostró el poder de sus obras.
7 Todo lo que hace es bueno y justo;
podemos confiar en todos sus mandamientos,
8 pues son firmes para siempre
y están hechos de justicia y de verdad.
9 Dio libertad a su pueblo,
hizo con ellos un pacto para siempre.
Su nombre es santo y temible.
10 La sabiduría comienza por respetar al SEÑOR;
los que obedecen sus mandamientos demuestran que son inteligentes.
¡La alabanza a Dios permanece para siempre!
[b]
28 Entonces el rey David contestó:
—Llama a Betsabé.
Ella entró y se quedó de pie ante el rey. 29 Y el rey dijo:
—Juro por el SEÑOR, quien me ha salvado la vida en todos los momentos de crisis, 30 que cumpliré hoy mismo lo que te juré por el SEÑOR, Dios de Israel, cuando dije que Salomón tu hijo iba a ser rey después de mí.
31 Entonces Betsabé se postró rostro en tierra ante el rey y le dijo:
—¡Viva para siempre Su Majestad, el rey David!
Salomón es elegido nuevo rey
32 Entonces el rey David dijo:
—Hagan venir al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyadá.
Ellos se presentaron ante el rey, 33 y él les dijo:
—Tomen consigo a los funcionarios reales y lleven a mi hijo Salomón montado en mi propia mula hasta la fuente de Guijón. 34 Ahí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagrarán[a] como rey de Israel, entonces ustedes tocarán la trompeta y gritarán: “¡Viva el rey Salomón!” 35 Después vuelvan aquí para que él se siente en mi trono y sea rey en mi lugar, porque yo lo he elegido para que sea el rey de Israel y de Judá.
36 Benaías hijo de Joyadá le contestó al rey:
—Así sea. El mismo SEÑOR Dios lo ha dicho, Su Majestad. 37 Que el SEÑOR esté con Salomón como lo ha estado con usted. ¡Que el reino de Salomón sea aun más poderoso que el del rey David!
38 Así que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías el hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos obedecieron la orden del rey David. Hicieron que Salomón montara en la mula del rey David y lo acompañaron hasta la fuente de Guijón. 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno lleno de aceite que estaba en la Carpa Sagrada y consagró a Salomón. Tocaron la trompeta y todo el pueblo proclamó: «¡Viva el rey Salomón!» 40 Entonces todo el pueblo subió a Jerusalén siguiendo con mucha alegría a Salomón tocando música con la flauta. Hacían tanto ruido que la tierra temblaba.
41 Mientras tanto Adonías y sus invitados estaban terminando de comer. Al rato Joab escuchó el sonido de la trompeta y preguntó:
—¿Qué es ese ruido que viene de la ciudad?
42 Mientras Joab decía eso, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo:
—Ven aquí, buen hombre, dame las buenas noticias.
43 Sin embargo Jonatán contestó:
—Las noticias no son buenas para usted. El rey David ha proclamado rey a Salomón 44 y ordenó que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos hicieran montar a Salomón en la mula del rey. 45 Entonces el sacerdote Sadoc y el profeta Natán consagraron rey a Salomón junto a la fuente de Guijón. Volvieron todos a la ciudad festejando y ahora hay mucho ruido en la ciudad. A eso se debe lo que ustedes escucharon. 46 ¡Para colmo, Salomón está sentado en el trono del rey! 47 Los siervos del rey lo felicitan y expresan sus buenos deseos diciendo: “¡Que el reino de Salomón sea más fuerte que el de David!” y también: “¡Que tu Dios haga a Salomón aun más famoso de lo que te hizo a ti!” Hasta el mismo rey David está ahí. Desde su cama también él se inclina ante Salomón 48 y dice: “Alabado sea el SEÑOR Dios de Israel que eligió hoy a uno de mis hijos para reinar y me permitió que lo vieran mis ojos”.
17 Hermanos, les ruego que se cuiden de los que causan divisiones. Tengan cuidado con los que ponen en peligro la fe de los demás, porque ellos están en contra de las enseñanzas que ustedes han aprendido. Manténganse alejados de ellos. 18 Esa gente no está sirviendo al Señor Jesucristo, sólo están complaciendo sus propios deseos y halagan con palabras suaves para engañar a los ingenuos. 19 Todos los creyentes saben que ustedes son obedientes. Eso me alegra y espero que sean sabios para hacer el bien, e inocentes en cuanto al mal. 20 Muy pronto Dios, que trae la paz, aplastará a Satanás y lo pondrá a los pies de ustedes. Que nuestro Señor Jesús los bendiga en abundancia.[a]
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