Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 20 (19)
Ahora sé que el Señor da la victoria a su ungido
20 Al maestro del coro. Salmo de David.
2 El Señor te atienda en el día de angustia,
el nombre del Dios de Jacob te salve.
3 Desde el santuario te preste ayuda,
desde Sión te proteja.
4 Recuerde todas tus ofrendas,
que tu holocausto le agrade. [ Pausa]
5 Te conceda lo que deseas,
realice lo que te propones.
6 Y nos alegraremos con tu victoria,
enarbolaremos banderas en nombre de nuestro Dios.
¡Que el Señor te otorgue cuanto has pedido!
7 Ahora sé que el Señor dará la victoria a su ungido:
desde sus santos cielos le responde
con el poder salvador de su diestra.
8 Unos confían en sus carros, otros en sus caballos,
nosotros invocamos al Señor nuestro Dios.
9 Ellos se doblegan y caen,
nosotros permanecemos en pie.
10 Señor, concede la victoria al rey,
atiéndenos cuando te invoquemos.
Instrucciones sobre el santuario y el culto (25,1—31,17)
La ofrenda para el santuario (Ex 35,4-9)
25 El Señor dijo a Moisés:
2 — Di a los israelitas que destinen un tributo para mí. Únicamente aceptaréis el tributo de aquellos que lo ofrezcan de corazón. 3 Y estas son las cosas que aceptarás como tributo: oro, plata, cobre, 4 púrpura violeta, escarlata y carmesí, lino fino y pelo de cabra, 5 pieles de carnero curtidas, pieles de marsopa, madera de acacia, 6 aceite para la lámpara, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 7 piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral. 8 Me erigirán un santuario, y habitaré en medio de ellos. 9 El santuario y todos sus utensilios los realizaréis según el modelo que yo te mostraré.
El Arca del testimonio (Ex 37,1-9)
10 Harás un Arca de madera de acacia, de ciento veinticinco centímetros de largo, por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto. 11 La recubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y le pondrás alrededor una moldura también de oro. 12 Fundirás oro para hacer cuatro argollas que colocarás en las cuatro esquinas del Arca; dos a cada lado. 13 Harás también unos varales de madera de acacia, los recubrirás de oro 14 y los meterás por las argollas laterales del Arca, para poder transportarla. 15 Los varales permanecerán metidos dentro de las argollas del Arca y no se sacarán. 16 En el interior del Arca depositarás las losas del testimonio que yo te entregaré.
La cubierta del Arca
17 Harás una cubierta de oro puro de ciento veinticinco centímetros de largo, por setenta y cinco de ancho. 18 También harás dos querubines cincelados en oro, para colocarlos en los extremos de la cubierta. 19 Pondrás un querubín en cada extremo, y ambos querubines formarán una sola pieza con ella; 20 los querubines la cubrirán con sus alas extendidas hacia arriba y estarán situados uno frente al otro, mirando al centro de la cubierta. 21 Cerrarás el Arca con la cubierta, no sin antes depositar en su interior las losas del testimonio que yo te entregaré. 22 Allí, sobre la cubierta, entre los dos querubines que están sobre el Arca del testimonio, me manifestaré a ti y te iré dando normas de conducta para los israelitas.
Pablo y su proclamación del mensaje en Corinto
2 Yo mismo, hermanos, cuando llegué a la ciudad, no les anuncié el proyecto salvador de Dios con alardes de sabiduría o elocuencia. 2 Decidí que entre ustedes debía ignorarlo todo, a excepción de Cristo crucificado; 3 así que me presenté ante ustedes sin recursos y temblando de miedo. 4 Mi predicación y mi mensaje no se apoyaban en una elocuencia inteligente y persuasiva; era el Espíritu con su poder quien los convencía, 5 de modo que la fe de ustedes no es fruto de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.
La verdadera sabiduría
6 Sin embargo, también nosotros disponemos de una sabiduría para los formados en la fe; una sabiduría que no pertenece a este mundo ni a los poderes perecederos que gobiernan este mundo; 7 una sabiduría divina, misteriosa, escondida, destinada por Dios, desde antes de todos los tiempos, a constituir nuestra gloria. 8 Ninguno entre los poderosos de este mundo ha llegado a conocer tal sabiduría, pues, de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria. 9 Pero según dice la Escritura: Lo que jamás vio ojo alguno, lo que ningún oído oyó, lo que nadie pudo imaginar que Dios tenía preparado para aquellos que lo aman, 10 eso es lo que Dios nos ha revelado por medio del Espíritu. Pues el Espíritu todo lo sondea, incluso lo más profundo de Dios.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España