Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El Señor reina
1 El SEÑOR reina,
se viste de majestad;
el SEÑOR se viste,
se pone el poder como cinturón.
El mundo está bien firme,
no será removido.
2 Tu reino ha existido siempre;
tú existes desde la eternidad.
3 Se levantaron los ríos, SEÑOR,
hacen gran estruendo.
Alzan sus olas rugientes,
4 pero tú, SEÑOR, reinando desde el cielo,
eres más poderoso que las fuertes olas
y que el estruendo de las aguas.
5 Se puede confiar en lo que tú declaras,[a]
lo que tú siempre dijiste en cuanto a tu casa,
tu hogar santo, SEÑOR.
Tengan presente al Señor
11 Amen pues al SEÑOR su Dios y obedezcan siempre sus órdenes, normas, leyes y mandamientos. 2 Recuerden hoy que no fueron sus hijos, sino ustedes, quienes conocieron y experimentaron la corrección del SEÑOR su Dios, su grandeza, su gran poder y su fuerza, 3 sus señales y las obras que hizo en Egipto contra el faraón y contra toda su tierra. 4 Vieron lo que les hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y carros de combate. Ustedes vieron cómo él hizo que el agua del mar Rojo los ahogara hasta acabar completamente con ellos, cuando los estaban persiguiendo a ustedes. El SEÑOR los destruyó y hasta el día de hoy no se han recuperado. 5 Vieron lo que hizo por ustedes en el desierto hasta que llegaron a este lugar, 6 y lo que les hizo a Datán y Abirán, los hijos de Eliab el rubenita. En medio de Israel ustedes vieron cómo la tierra se abrió y se los tragó a ellos, a sus familias, a sus carpas y a todo ser viviente que los seguía. 7 En realidad fueron ustedes mismos los que vieron cada gran acto que el SEÑOR hizo.
8 Obedezcan entonces todos los mandamientos que hoy les doy, para que se fortalezcan y entren a tomar posesión de la tierra que van a ocupar. 9 Así podrán vivir mucho tiempo en la tierra que el SEÑOR prometió darles a sus antepasados y a sus descendientes, una tierra que rebosa de leche y de miel. 10 Porque la tierra que van a tomar en posesión no es como la tierra que dejaron en Egipto. Allí ustedes plantaban su semilla y la regaban con su propio esfuerzo[a] como en un huerto. 11 La tierra a la que vas a cruzar para tomarla en posesión es una tierra de montañas y valles, regada por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida permanentemente. El SEÑOR tu Dios la vigila con sus propios ojos, de principio a fin del año.
13 Si ustedes obedecen cuidadosamente mis mandamientos que hoy les doy, amando al SEÑOR su Dios y sirviéndole de todo corazón y con toda el alma, 14 entonces yo les daré lluvia para su tierra en el momento adecuado, la lluvia de otoño y la lluvia de primavera, y reunirás tu grano, tu vino nuevo y tu aceite. 15 También te daré pasto en tus campos para tu ganado, y tendrás mucho alimento.
16 Sean cuidadosos de no dejar que su corazón sea seducido. No se pongan en contra mía sirviendo a otros dioses y ni se arrodillen ante ellos, 17 porque el SEÑOR se enojará con ustedes y cerrará el cielo y no habrá lluvia; la tierra no dará sus frutos y ustedes pronto morirán en la tierra buena que el SEÑOR les da.
13 Te ordeno delante de Dios, quien le da vida a todo, y de Jesucristo, quien declaró esa misma verdad cuando dio testimonio ante Poncio Pilato, 14 que hagas todo exactamente como se te ha pedido y de manera que nadie pueda criticar. Continúa así hasta que nuestro Señor Jesucristo regrese. 15 A su debido tiempo, Dios hará que él regrese. Bendito sea Dios, el único que tiene completa autoridad. Es el Rey de reyes y el Señor de Señores. 16 Dios es el único que no muere; vive en una luz tan brillante que nadie se le puede acercar. Nadie ha visto a Dios y nadie puede verlo. ¡A él sea el honor y poder por toda la eternidad! Así sea.
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