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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 35:1-10

Sálvame de mis enemigos

Canción de David.

SEÑOR, ataca a quienes me atacan,
    enfrenta a los que se enfrentan a mí.
Toma tu escudo y tu pavés[a];
    levántate y ven a ayudarme.
Usa tus armas en contra de los que me persiguen.
    Necesito oírte decir que tú me salvarás.

Que los que quieren quitarme la vida sean castigados.
    Que los que planean hacerme daño sean confundidos
    y tengan que escapar avergonzados.
Que desaparezcan como hojas que el viento lleva lejos,
    perseguidos por el ángel del SEÑOR.
Que el camino por el que escapen sea oscuro y resbaladizo
    y sean perseguidos por el ángel del SEÑOR.
Porque me tendieron trampas,
    cavaron un pozo donde tirarme sin tener motivo alguno.
Que sufran un castigo inesperado,
    que caigan en su propia trampa.
    Que se enreden en sus propias maniobras.
Así me alegraré por las obras del SEÑOR
    y me hará feliz su victoria.
10 Y entonces, con todas mis fuerzas diré:
    «SEÑOR, no hay Dios como tú.
Tú salvas a los oprimidos de sus opresores,
    a los pobres y necesitados de los que los explotan».

Números 22:1-21

Balán y el rey de Moab

22 Los israelitas se pusieron en marcha y acamparon en las llanuras de Moab al otro lado del Jordán, frente a Jericó.

Balac hijo de Zipor se dio cuenta de lo que Israel le había hecho a los amorreos, así que los moabitas se llenaron de miedo y se angustiaron al ver que los israelitas eran muchos.

Entonces los moabitas les dijeron a los ancianos líderes de Madián: «Esa multitud va a destruir todo a su paso como cuando un toro acaba con el pasto de un potrero». Balac hijo de Zipor era el rey de Moab en ese tiempo. Él envió mensajeros a traer a Balán hijo de Beor que estaba en Petor, junto al río Éufrates, la tierra de sus parientes. Ellos le dijeron:

«Mira, un pueblo que salió de Egipto se ha extendido por todo el país y está acampando aquí cerca. Ahora, ven y maldice a esta gente por mí, porque son más fuertes que yo. Tal vez yo sea capaz de atacarlos y los obligue a salir de la tierra. Sé que el que tú bendices queda bendito y el que tú maldices queda maldito».

Los ancianos líderes de Moab y los ancianos líderes de Madián se fueron a darle el mensaje a Balán. Ellos iban dinero en mano para pagar las maldiciones.[a]

Balán les dijo:

—Quédense aquí esta noche y yo les contestaré lo que el SEÑOR me diga.

Entonces los jefes de Moab permanecieron con Balán. Dios vino a Balán en un sueño y le preguntó:

—¿Quiénes son esos hombres que se alojan contigo?

10 Balán le contestó:

—Balac hijo de Zipor, rey de Moab, los envió con este mensaje: 11 “Mira, un pueblo que salió de Egipto se ha extendido por todo el país. Ven y maldice a esta gente por mí. Tal vez yo sea capaz de atacarlos y los obligue a salir de la tierra”.

12 Entonces Dios le dijo a Balán:

—No vayas con ellos ni digas ninguna maldición contra los israelitas porque es un pueblo bendito.

13 Balán se levantó por la mañana y les dijo a los jefes de Balac:

—Vuelvan a su tierra porque el SEÑOR no me permite ir con ustedes.

14 Los jefes de Moab se levantaron y volvieron a Balac y le dijeron:

—Balán no quiso venir con nosotros.

15 Balac envió a otros jefes, en mayor número y más importantes que el primer grupo, 16 que fueron a Balán y le dijeron:

—Esto es lo que Balac hijo de Zipor dice:

“No dejes que nada te impida venir aquí. 17 Yo te recompensaré muy bien y haré todo lo que me pidas, pero te ruego que vengas a maldecir por mí a ese pueblo”.

18 Entonces Balán les respondió:

—Aunque Balac me diera su casa llena de oro y plata no podría hacer nada, grande ni pequeño, que fuera en contra del mandato del SEÑOR mi Dios. 19 Entonces, por favor quédense aquí esta noche como hicieron los otros y déjenme averiguar que más podría decirme el SEÑOR.

20 Esa noche Dios se le presentó a Balán en un sueño y le dijo: «Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y acompáñalos, pero harás sólo lo que yo te ordene».

21 Balán se levantó en la mañana, ensilló su burra y se fue con los jefes de Moab.

Hechos 21:17-26

Pablo visita a Santiago

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los creyentes que vivían allí se alegraron de recibirnos. 18 Al día siguiente, Pablo fue con nosotros a visitar a Santiago. Todos los ancianos líderes también estaban allí. 19 Después de saludarlos, Pablo les contó detalladamente todo lo que Dios, por medio de su trabajo, había hecho con los que no eran judíos. 20 Cuando escucharon esto, alabaron a Dios y le dijeron a Pablo:

—Hermano, tú has visto que miles de judíos han creído, pero ellos piensan que es muy importante seguir la ley de Moisés. 21 Ellos han escuchado que enseñas a todos los judíos que viven entre los que no son judíos a que no obedezcan la ley de Moisés, que no circunciden a sus hijos ni sigan nuestras costumbres. 22 ¿Qué vamos a hacer entonces? Es seguro que se van a enterar de que tú estás aquí. 23 Así que vas a hacer esto: cuatro de nuestros hombres le hicieron una promesa[a] a Dios. 24 Llévatelos, acompáñalos a la ceremonia de purificación[b] y paga sus gastos para que se puedan cortar el cabello.[c] Al hacer esto les demostrarás a todos que no es cierto lo que han escuchado acerca de ti. Por el contrario, verán que tú vives en obediencia a la ley. 25 En cuanto a los creyentes que no son judíos, ya les escribimos que no coman nada que haya sido ofrecido a los ídolos, ni sangre, ni carne de animales que hayan sido estrangulados. Ni que tampoco cometan ninguna clase de pecado sexual.

Arresto de Pablo

26 Así que Pablo se llevó a los hombres con él, y al día siguiente compartió con ellos la ceremonia de purificación. Después fue al templo para avisar cuándo terminarían los días de purificación. En el último día se daría una ofrenda por cada uno de ellos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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