Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 111 (110)
Dios, no te quedes callado
111 ¡Aleluya!
Alabaré al Señor de todo corazón,
en la reunión de los justos y en la asamblea.
2 Las obras del Señor son grandiosas,
cuantos las aman meditan sobre ellas.
3 Espléndido y majestuoso es lo que hace,
su justicia permanece para siempre.
4 Ha hecho prodigios memorables,
clemente y compasivo es el Señor.
5 Da alimento a quienes lo veneran,
recuerda eternamente su alianza.
6 El poder de sus obras muestra a su pueblo
al entregarles la heredad de las naciones.
7 Actúa con verdad y justicia,
son inquebrantables sus preceptos,
8 firmes por siempre jamás,
forjados de verdad y rectitud.
9 Dio la libertad a su pueblo,
estableció para siempre su alianza,
santo y venerable es su nombre.
10 Venerar al Señor es la esencia del saber,
los que así actúan son juiciosos.
Su alabanza permanecerá por siempre.
Dios prohíbe a Moisés entrar en Canaán
23 Hice entonces al Señor esta súplica: 24 “Señor mi Dios, tú has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las hazañas y proezas que tú haces? 25 Déjame, te ruego, pasar a ver esa tierra fértil que está al otro lado del Jordán, esa hermosa montaña y el Líbano”. 26 Pero por culpa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me concedió lo que le pedí, sino que me respondió: ¡Basta ya; no me hables más de este asunto! 27 Sube a la cima del Pisga y extiende tu mirada hacia los cuatro puntos cardinales. Contempla lo que ves con tus ojos, porque tú no cruzarás el Jordán. 28 Dale a Josué las debidas instrucciones; infúndele valor y ánimo; porque él pasará al frente del pueblo, y él les repartirá la tierra que vas a ver.
29 Y nos quedamos en el valle, frente a Bet Peor.
6 Y no es que Dios haya sido infiel a sus promesas. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son israelitas de verdad. 7 Ni tampoco los que descienden de Abrahán son todos hijos auténticos suyos, sino únicamente —como dice la Escritura— a través de Isaac tendrás tu descendencia. 8 Es decir, que no es la simple generación natural la que hace hijos de Dios; los verdaderos descendientes son los que nacen en virtud de la promesa. 9 Y los términos de la promesa son estos: Yo volveré por este mismo tiempo y Sara tendrá ya un hijo.
10 Está, además, el caso de Rebeca, que tuvo mellizos de un solo hombre, nuestro antepasado Isaac. 11 En efecto, cuando aún no habían nacido y, por tanto, no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que conste que la decisión divina es pura elección 12 y no depende del comportamiento humano, sino de la llamada divina, se dijo a Rebeca: El mayor servirá al menor. 13 Lo que está en conformidad con la Escritura: Amé a Jacob más que a Esaú. 14 ¿Quiere esto decir que Dios es injusto? ¡De ningún modo! 15 Él fue quien dijo a Moisés: Tendré compasión de quien me plazca y usaré de clemencia con quien quiera. 16 No es, pues, cuestión de querer o de afanarse, sino de que Dios se muestre compasivo. 17 A este respecto dice la Escritura al faraón: Te hice surgir para demostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra. 18 En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España