Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
49 Recuerda la palabra que diste a este siervo tuyo:
en ella me hiciste poner la esperanza.
50 Éste es mi consuelo en la tristeza:
que con tus promesas me das vida.
51 Los insolentes me ofenden sin cesar,
pero yo no me aparto de tu enseñanza.
52 Recuerdo tus decretos de otros tiempos,
y en ellos, Señor, encuentro consuelo.
53 Los malvados que abandonan tu enseñanza
me llenan de furor.
54 Tus leyes han sido mis canciones
en esta tierra donde soy un extranjero.
55 Señor, por las noches me acuerdo de ti;
¡quiero poner en práctica tu enseñanza!
56 Esto es lo que me corresponde:
obedecer tus preceptos.
Moisés recomienda obediencia a los israelitas
10 »El Señor y Dios de ustedes los va a hacer entrar en el país que a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob juró que les daría. Es un país con grandes y hermosas ciudades que ustedes no construyeron; 11 con casas llenas de todo lo mejor, que ustedes no llenaron; con pozos que ustedes no cavaron, y viñedos y olivos que ustedes no plantaron, pero de los cuales comerán hasta quedar satisfechos. 12 Cuando eso suceda, procuren no olvidarse del Señor, que los sacó de Egipto, donde eran esclavos. 13 Adoren al Señor su Dios y sírvanle sólo a él, y cuando tengan que hacer un juramento, háganlo sólo en el nombre del Señor. 14 No vayan tras los dioses que adoran los pueblos vecinos, 15 porque el Señor su Dios, que está con ustedes, es un Dios celoso y puede enojarse contra ustedes y destruirlos totalmente.
16 »No pongan a prueba al Señor su Dios, como lo hicieron en Masá. 17 Cumplan fielmente los mandamientos del Señor su Dios, y los mandatos y leyes que les ha ordenado. 18 Hagan lo que es recto y agradable a los ojos del Señor, para que les vaya bien y tomen posesión de la buena tierra que el Señor juró dar a los antepasados de ustedes, 19 y para que el Señor haga huir a todos los enemigos que se enfrenten con ustedes, tal como lo ha prometido.
20 »Cuando algún día sus hijos les pregunten: “¿Qué significan estos mandatos, leyes y decretos que nos ha ordenado el Señor nuestro Dios?”, 21 ustedes les responderán: “Nosotros éramos esclavos del faraón, en Egipto, y el Señor nos sacó de allí con gran poder. 22 Nosotros vimos los grandes y terribles prodigios y las señales que el Señor realizó en Egipto contra el faraón y toda la casa real; 23 pero a nosotros nos sacó de allí, y nos llevó al país que había prometido a nuestros antepasados, y nos lo dio. 24 Después el Señor nuestro Dios nos mandó poner en práctica todos estos mandamientos y tenerle reverencia, para que nos vaya bien y para que él nos conserve la vida como hasta ahora. 25 Y tendremos justicia cuando cumplamos cuidadosamente estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado.”
Conspiración para arrestar a Jesús(A)
45 Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. 46 Pero algunos fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que había hecho Jesús. 47 Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes reunieron a la Junta Suprema, y dijeron:
—¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. 48 Si lo dejamos, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
49 Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo:
—Ustedes no saben nada, 50 ni se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida.
51 Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús iba a morir por la nación judía; 52 y no solamente por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos. 53 Así que desde aquel día las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.
54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que salió de la región de Judea y se fue a un lugar cerca del desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos.
55 Faltaba poco para la fiesta de la Pascua de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén a celebrar los ritos de purificación antes de la Pascua. 56 Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo:
—¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?
57 Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder arrestarlo.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.