Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo.
98 Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra, su santo brazo,
ha alcanzado la victoria.
2 El Señor ha hecho gala de su triunfo;
ha mostrado su justicia a las naciones.
3 Se ha acordado de su amor y de su fidelidad
por el pueblo de Israel;
¡todos los confines de la tierra son testigos
de la salvación de nuestro Dios!
4 ¡Aclamad alegres al Señor, habitantes de toda la tierra!
¡Prorrumpid en alegres cánticos y salmos!
5 ¡Cantad salmos al Señor al son del arpa,
al son del arpa y de coros melodiosos!
6 ¡Aclamad alegres al Señor, el Rey,
al son de clarines y trompetas!
7 ¡Brame el mar y todo lo que él contiene;
el mundo y todos sus habitantes!
8 ¡Batan palmas los ríos,
y canten jubilosos todos los montes!
9 Canten delante del Señor,
que ya viene a juzgar la tierra.
Y juzgará al mundo con justicia,
a los pueblos con equidad.
El Señor promete bendecir a Jerusalén
8 Otra vez vino a mí la palabra del Señor Todopoderoso. Me hizo saber lo siguiente:
2 «Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Siento grandes celos por Sión.
Son tantos mis celos por ella
que me llenan de furia”.
3 »Así dice el Señor:
»“Regresaré a Sión,
y habitaré en Jerusalén.
Y Jerusalén será conocida
como la Ciudad de la Verdad,
y el monte del Señor Todopoderoso
como el Monte de la Santidad”.
4 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse
en las calles de Jerusalén,
cada uno con su bastón en la mano
debido a su avanzada edad.
5 Los niños y las niñas volverán a jugar
en las calles de la ciudad”.
6 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Al remanente de este pueblo
podrá parecerle imposible en aquellos días,
¿pero también a mí me parecerá imposible?,
afirma el Señor Todopoderoso”.
7 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Salvaré a mi pueblo
de los países de oriente y de occidente.
8 Los haré volver
para que vivan en Jerusalén;
ellos serán mi pueblo
y yo seré su Dios,
en la verdad y en la justicia”.
9 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“¡Cobrad ánimo, vosotros,
los que en estos días habéis escuchado
las palabras de los profetas,
mientras se echan los cimientos
para la reconstrucción
del templo del Señor Todopoderoso!
10 Porque antes de estos días
ni los hombres recibían su jornal
ni los animales su alimento.
Por culpa del enemigo
tampoco los viajeros tenían seguridad,
pues yo puse a la humanidad entera
en contra de sus semejantes.
11 Pero ya no trataré al remanente de este pueblo
como lo hice en el pasado
—afirma el Señor Todopoderoso—.
12 Habrá paz cuando se siembre,
y las vides darán su fruto;
la tierra producirá sus cosechas
y el cielo enviará su rocío.
Todo esto se lo daré como herencia
al remanente de este pueblo.
13 Judá e Israel, ¡no temáis!
Vosotros habéis sido entre las naciones
objeto de maldición,
pero yo os salvaré,
y seréis una bendición.
¡Cobrad ánimo!”
14 »Así dice el Señor Todopoderoso:
»“Cuando vuestros antepasados me hicieron enojar,
yo decidí destruiros sin ninguna compasión
—afirma el Señor Todopoderoso—.
15 Pero ahora he decidido
hacerles bien a Jerusalén y a Judá.
¡Así que no tengáis miedo!
16 »”Lo que debéis hacer
es hablar verazmente,
y juzgar en vuestros tribunales
con verdad y justicia.
¡Eso trae la paz!
17 No maquinéis el mal contra vuestro prójimo,
ni seáis dados al falso testimonio,
porque yo aborrezco todo eso,
afirma el Señor”».
19 Entonces Jesús afirmó:
―Ciertamente os aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el Hijo. 20 Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Sí, y aun cosas más grandes que estas le mostrará, de modo que os dejará asombrados. 21 Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes le place. 22 Además, el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha delegado en el Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.
24 »Ciertamente os aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. 25 Ciertamente os aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. 26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha concedido al Hijo el tener vida en sí mismo, 27 y le ha dado autoridad para juzgar, puesto que es el Hijo del hombre.
28 »No os asombréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz 29 y saldrán de allí. Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida, pero los que han practicado el mal resucitarán para ser juzgados.
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