Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cántico de los peregrinos.
129 Mucho me han angustiado desde mi juventud
—que lo repita ahora Israel—,
2 mucho me han angustiado desde mi juventud,
pero no han logrado vencerme.
3 Sobre la espalda me pasaron el arado,
abriéndome en ella profundos[a] surcos.
4 Pero el Señor, que es justo,
me libró de las ataduras de los impíos.
5 Que retrocedan avergonzados
todos los que odian a Sión.
6 Que sean como la hierba en el techo,
que antes de crecer se marchita;
7 que no llena las manos del segador
ni el regazo del que cosecha.
8 Que al pasar nadie les diga:
«La bendición del Señor sea con vosotros;
os bendecimos en el nombre del Señor».
Mensaje para Babilonia(A)
50 La palabra del Señor acerca de los babilonios y de su país vino al profeta Jeremías:
2 «¡Anunciad y proclamad entre las naciones!
¡Proclamadlo, levantad un estandarte!
No ocultéis nada, sino decid:
“¡Babilonia será conquistada!
¡Bel quedará en vergüenza!
¡Marduc quedará aterrado!
¡Sus imágenes quedan humilladas,
y aterrados sus ídolos!”
3 Porque la ataca una nación del norte,
que dejará desolada a su tierra.
Hombres y animales saldrán huyendo,
y no habrá nadie que la habite.
4 »En aquellos días, en aquel tiempo,
la gente de Israel y de Judá
irá llorando en busca del Señor, su Dios
—afirma el Señor—.
5 Preguntarán por el camino de Sión,
y hacia allá se encaminarán.
Vendrán y se aferrarán al Señor
en un pacto eterno, que ya no olvidarán.
6 »Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido;
sus pastores lo han descarriado,
lo han hecho vagar por las montañas.
Ha ido de colina en colina,
y se ha olvidado de su redil.
7 Todos los que lo encuentran lo devoran;
“No somos culpables —decían sus enemigos—,
porque ellos pecaron contra el Señor;
¡él es morada de justicia,
esperanza de sus antepasados!”
17 »Israel es como un rebaño descarriado,
acosado por los leones.
Primero lo devoró el rey de Asiria,
y luego Nabucodonosor, rey de Babilonia,
le quebró todos los huesos».
18 Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel:
«Castigaré al rey de Babilonia y a su país
como castigué al rey de Asiria.
19 Haré que Israel vuelva a su prado
y que se alimente en el Carmelo y en Basán.
Su apetito quedará saciado
en las montañas de Efraín y Galaad.
20 En aquellos días se buscará la iniquidad de Israel,
pero ya no se encontrará.
En aquel tiempo se buscarán los pecados de Judá,
pero ya no se hallarán,
porque yo perdonaré a los que deje con vida
—afirma el Señor—.
Jesús ora en el monte de los Olivos(A)
39 Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron. 40 Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Orad para no caer en tentación». 41 Entonces se separó de ellos a una buena distancia,[a] se arrodilló y empezó a orar: 42 «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo;[b] pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya». 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. 44 Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.[c]
45 Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza. 46 «¿Por qué estáis durmiendo? —les exhortó—. Levantaos y orad para no caer en tentación».
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