Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Acción de gracias por la salvación recibida de Jehová
118 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia.
2 Diga ahora Israel
que para siempre es su misericordia.
14 Mi fortaleza y mi cántico es Jah,
y él me ha sido por salvación.
15 Voz de júbilo y de salvación
hay en las tiendas de los justos;
la diestra de Jehová hace proezas.
16 La diestra de Jehová es sublime;
la diestra de Jehová hace valentías.
17 ¡No moriré, sino que viviré
y contaré las obras de Jah!
18 Me castigó gravemente Jah,
pero no me entregó a la muerte.
19 ¡Abridme las puertas de la justicia;
entraré por ellas, alabaré a Jah;
20 ésta es la puerta de Jehová;
por ella entrarán los justos!
21 Te alabaré porque me has oído
y me fuiste por salvación.
22 La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la cabeza del ángulo.
23 De parte de Jehová es esto
y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
24 Éste es el día que hizo Jehová;
¡nos gozaremos y alegraremos en él!
David intenta llevar el Arca a Jerusalén(A)
6 David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil hombres. 2 Se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que lo acompañaba para trasladar de allí el Arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que tiene su trono entre los querubines. 3 Pusieron el Arca de Dios sobre un carro nuevo, y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina. Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. 4 Mientras se llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en la colina, el Arca de Dios, Ahío iba delante del Arca. 5 David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. 6 Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano hacia el Arca de Dios y la sostuvo, pues los bueyes tropezaban. 7 Entonces el furor de Jehová se encendió contra Uza: allí mismo lo hirió Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al Arca de Dios.
8 David se entristeció por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta el día de hoy. 9 Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: «¿Cómo ha de entrar en mi casa el Arca de Jehová?» 10 De modo que David no quiso llevar a su casa, a la ciudad de David, el Arca de Jehová, sino que la hizo llevar a casa de Obed-edom, el geteo. 11 Y estuvo el Arca de Jehová en casa de Obed-edom, el geteo, tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.
David lleva el Arca a Jerusalén(B)
12 Cuando se le avisó al rey David: «Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene a causa del Arca de Dios», fue David y trasladó con alegría el Arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. 13 Y cuando los que llevaban el Arca de Dios habían dado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
14 David, vestido con un efod de lino, danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová. 15 Así, con júbilo y sonidos de trompeta, David y toda la casa de Israel conducían el Arca de Jehová.
La resurrección(A)
24 El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Hallaron removida la piedra del sepulcro 3 y, entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra, les dijeron:
—¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, 7 diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día.”
8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9 y volviendo del sepulcro dieron nuevas de todas estas cosas a los once y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, Juana y María, madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Pero a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creyeron. 12 Pedro, sin embargo, levantándose, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro vio sólo los lienzos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.
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