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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 49:1-7

Israel, siervo de Jehová

49 Oídme, costas,
y escuchad, pueblos lejanos:
Jehová me llamó desde el vientre;
desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
Y puso mi boca como espada afilada,
me cubrió con la sombra de su mano.
Me puso por saeta aguda,
me guardó en su aljaba.
Me dijo: «Mi siervo eres, Israel,
porque en ti me gloriaré.»
Pero yo dije: «Por demás he trabajado;
en vano y sin provecho he agotado mis fuerzas.
Pero mi causa está delante de Jehová,
y mi recompensa con mi Dios.»

Ahora pues, Jehová,
el que me formó desde el vientre
para ser su siervo,
para hacer volver a él a Jacob
y para congregarle a Israel
(porque estimado seré en los ojos de Jehová
y el Dios mío será mi fuerza),
él dice: «Poco es para mí que sólo seas mi siervo
para levantar las tribus de Jacob
y restaurar el resto de Israel;
también te he dado por luz de las naciones,
para que seas mi salvación
hasta lo último de la tierra.»

Así ha dicho Jehová,
Redentor de Israel, el Santo suyo,
al menospreciado de alma,
al abominado de las naciones,
al siervo de los tiranos:
«Lo verán reyes, se levantarán príncipes
y adorarán por causa de Jehová, porque fiel
es el Santo de Israel, el cual te escogió.»

Salmos 71:1-14

Oración de un anciano

71 En ti, Jehová, me he refugiado;
no sea yo avergonzado jamás.
Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio
adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Dios mío, líbrame de manos del impío,
de manos del perverso y violento,
porque tú, Señor Jehová, eres mi esperanza,
seguridad mía desde mi juventud.
En ti he sido sustentado desde el vientre.
Del vientre de mi madre tú fuiste el que me sacó;
para ti será siempre mi alabanza.

Como prodigio he sido a muchos,
y tú mi refugio fuerte.
Sea llena mi boca de tu alabanza,
de tu gloria todo el día.
No me deseches en el tiempo de la vejez;
cuando mi fuerza se acabe, no me desampares,
10 porque mis enemigos hablan de mí
y los que acechan mi alma se consultan entre sí,
11 diciendo: «Dios lo ha desamparado;
perseguidlo y tomadlo,
porque no hay quien lo libre.»

12 ¡No te alejes, Dios, de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro!
13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
sean cubiertos de vergüenza y de confusión
los que mi mal buscan.
14 Mas yo esperaré siempre
y te alabaré más y más.

1 Corintios 1:18-31

Cristo, poder y sabiduría de Dios

18 La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios, 19 pues está escrito:

«Destruiré la sabiduría de los sabios
y frustraré la inteligencia de los inteligentes.»

20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que discute asuntos de este mundo? ¿Acaso no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Puesto que el mundo, mediante su sabiduría, no reconoció a Dios a través de las obras que manifiestan su sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

22 Los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.

24 En cambio para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder y sabiduría de Dios, 25 porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

26 Considerad, pues, hermanos, vuestra vocación y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Pero por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, 31 para que, como está escrito: «El que se gloría, gloríese en el Señor.»

Juan 12:20-36

Unos griegos buscan a Jesús

20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo:

—Señor, queremos ver a Jesús.

22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les respondió diciendo:

—Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto os digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.

Jesús anuncia su muerte

27 »Ahora está turbada mi alma, ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. 28 Padre, glorifica tu nombre.

Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.» 29 Y la multitud que estaba allí y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían:

—Un ángel le ha hablado.

30 Respondió Jesús y dijo:

—No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

33 Esto decía dando a entender de qué muerte iba a morir. 34 Le respondió la gente:

—Nosotros hemos oído que, según la Ley, el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?

35 Entonces Jesús les dijo:

—Aún por un poco de tiempo la luz está entre vosotros; andad entretanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas, porque el que anda en tinieblas no sabe a dónde va. 36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Incredulidad de los judíos

Habiendo dicho Jesús esto, se fue y se ocultó de ellos.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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