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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 106:1-12

La rebeldía de Israel

106 ¡Aleluya!

¡Alabad a Jehová, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia!
¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová?
¿Quién contará sus alabanzas?
¡Bienaventurados los que guardan el derecho,
los que hacen justicia en todo tiempo!

Acuérdate de mí, Jehová,
según tu benevolencia para con tu pueblo;
visítame con tu salvación,
para que yo vea el bien de tus escogidos,
para que me goce en la alegría de tu nación
y me gloríe con tu heredad.

Pecamos nosotros, como nuestros padres;
hicimos maldad, cometimos impiedad.
Nuestros padres, en Egipto,
no entendieron tus maravillas;
no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias,
sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo.
Pero él los salvó por amor de su nombre,
para hacer notorio su poder.
Reprendió al Mar Rojo y lo secó,
y los hizo ir por el abismo como por un desierto.
10 Los salvó de manos del enemigo,
y los rescató de manos del adversario.
11 Cubrieron las aguas a sus enemigos;
¡no quedó ni uno de ellos!
12 Entonces creyeron a sus palabras
y cantaron su alabanza.

Jueces 4:1-16

Débora y Barac derrotan a Sísara

Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, así que Jehová los entregó en manos de Jabín, rey de Canaán, quien reinaba en Hazor. El capitán de su ejército se llamaba Sísara y vivía en Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.

Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot, la cual acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como la palmera de Débora), entre Ramá y Bet-el, en los montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia.

Un día, Débora envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo:

—¿No te ha mandado Jehová, Dios de Israel, diciendo: “Ve, junta a tu gente en el monte Tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. Yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo Cisón, a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos”?

Barac le respondió:

—Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré.

Ella dijo:

—Iré contigo; pero no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en manos de mujer entregará Jehová a Sísara.

Y levantándose Débora, fue a Cedes con Barac. 10 Allí juntó Barac a las tribus de Zabulón y Neftalí. Subió con diez mil hombres a su mando, y Débora subió con él.

11 Heber, el ceneo, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes. 12 Llegaron, pues, a Sísara las noticias de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor. 13 Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros de hierro, y a todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset-goim hasta el arroyo Cisón.

14 Entonces Débora dijo a Barac:

«Levántate, porque éste es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos: ¿Acaso no ha salido Jehová delante de ti?»

Barac descendió del monte Tabor, junto a los diez mil hombres que lo seguían, 15 y Jehová quebrantó a Sísara, dispersando delante de Barac, a filo de espada, todos sus carros y a todo su ejército. El mismo Sísara descendió del carro y huyó a pie, 16 pero Barac siguió a los carros y al ejército hasta Haroset-goim. Aquel día, todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno.

Efesios 6:10-17

La armadura de Dios

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, 12 porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes.

14 Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia 15 y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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