Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Reinado justo del Mesías
11 Saldrá una vara del tronco de Isaí;
un vástago retoñará de sus raíces
2 y reposará sobre él el espíritu de Jehová:
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.
3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová.
No juzgará según la vista de sus ojos
ni resolverá por lo que oigan sus oídos,
4 sino que juzgará con justicia a los pobres
y resolverá con equidad a favor de los mansos de la tierra.
Herirá la tierra con la vara de su boca
y con el espíritu de sus labios matará al impío.
5 Y será la justicia cinto de sus caderas,
y la fidelidad ceñirá su cintura.
6 Morará el lobo con el cordero,
y el leopardo con el cabrito se acostará;
el becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos,
y un niño los pastoreará.
7 La vaca pacerá junto a la osa,
sus crías se recostarán juntas;
y el león, como el buey, comerá paja.
8 El niño de pecho jugará
sobre la cueva de la cobra;
el recién destetado extenderá su mano
sobre la caverna de la víbora.
9 No harán mal ni dañarán
en todo mi santo monte,
porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová,
como las aguas cubren el mar.
20 Jehová habló a Moisés y a Aarón, y les dijo:
21 —¡Apartaos de esta congregación, y los consumiré en un momento!
22 Ellos se postraron sobre sus rostros y dijeron:
—Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda la congregación?
23 Jehová habló a Moisés y le dijo:
24 —Habla a la congregación y diles: Apartaos de los alrededores de la tienda de Coré, Datán y Abiram.
25 Moisés se levantó y fue adonde estaban Datán y Abiram, y los ancianos de Israel lo siguieron. 26 Y habló a la congregación, diciendo:
—Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos, y no toquéis ninguna cosa suya, para que no perezcáis por todos sus pecados.
27 Ellos se apartaron de los alrededores de las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a la entrada de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. 28 Moisés dijo:
—En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciera todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. 29 Si como mueren todos los hombres mueren estos, o si al ser visitados ellos corren la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. 30 Pero si Jehová hace algo nuevo, si la tierra abre su boca y se los traga con todas sus cosas, y descienden vivos al seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová.
31 Aconteció que cuando terminó de decir todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. 32 Abrió la tierra su boca y se los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes. 33 Ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al seol; los cubrió la tierra y desaparecieron de en medio de la congregación. 34 Al oír sus gritos, todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron, diciendo: «¡No sea que nos trague también la tierra!» 35 También salió fuego de la presencia de Jehová, que consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.
23 Habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndolos acerca de Jesús, tanto por la Ley de Moisés como por los Profetas. 24 Algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. 25 Como no estaban de acuerdo entre sí, al retirarse les dijo Pablo esta palabra:
—Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo:
26 »“Ve a este pueblo y diles:
De oído oiréis y no entenderéis;
y viendo veréis y no percibiréis,
27 porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
y con los oídos oyeron pesadamente
y sus ojos han cerrado,
para que no vean con los ojos
y oigan con los oídos,
y entiendan de corazón
y se conviertan,
y yo los sane.”
28 »Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios, y ellos oirán.
29 Cuando terminó de decir esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí.
30 Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían. 31 Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
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