Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo.
1 ¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
2 Muchos dicen de mi alma: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
3 Mas tú, el SEÑOR, eres escudo por mí; mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.
4 ¶ Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)
5 Yo me acosté, y dormí, y desperté; porque el SEÑOR me sustentaba.
6 No temeré de diez millares de gente, que pusieren cerco contra mí.
7 Levántate, SEÑOR; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebraste.
8 Del SEÑOR es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)
5 Entonces hablarás y dirás delante del SEÑOR tu Dios: Mi padre, el Siro, pereciendo de hambre descendió a Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí creció en gente grande, fuerte y numerosa;
6 y los egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
7 Y clamamos al SEÑOR Dios de nuestros padres; y el SEÑOR oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo, y nuestra opresión.
8 Y nos sacó el SEÑOR de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros;
9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
10 Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh SEÑOR. Y lo dejarás delante del SEÑOR tu Dios, y te inclinarás delante del SEÑOR tu Dios.
32 Pero traed a la memoria los días pasados en los cuales después de haber recibido la luz, sufristeis gran combate de aflicciones.
33 De una parte ciertamente con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y de otra parte hechos compañeros de los que estaban en tal estado.
34 Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.
35 No perdáis pues ésta vuestra confianza, que tiene gran remuneración de galardón;
36 porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
37 Porque aún, un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
38 Mas el justo vivirá por la fe; mas el que se retirare, no agradará a mi alma.
39 Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdición, sino fieles para ganancia del alma.
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