Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
1 ¶ Bendice, alma mía, al SEÑOR. SEÑOR, Dios mío, mucho te has engrandecido; de gloria y de hermosura te has vestido.
2 El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina;
3 que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;
4 el que hace a sus ángeles espíritus, sus ministros fuego flameante.
5 El fundó la tierra sobre sus basas; no se moverá por ningún siglo.
6 Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.
7 A tu reprensión huyeron; por el sonido de tu trueno se apresuraron;
8 salieron los montes, descendieron por los valles a este lugar que tú les fundaste.
9 Les pusiste término, el cual no traspasarán; ni volverán a cubrir la tierra.
24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh SEÑOR! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tu posesión.
35 Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, al SEÑOR. Alelu-JAH (Alabemos al SEÑOR).
37 A esto también se espanta mi corazón, y salta de su lugar.
2 Oíd atentamente su voz terrible, y la palabra que sale de su boca.
3 Debajo de todos los cielos lo enderezará, y su luz se extenderá hasta los fines de la tierra.
4 Tras de él bramará el sonido, tronará su valiente voz, y aunque sea oída su voz, no los detiene.
5 Tronará Dios maravillosamente con su voz; él hace grandes cosas, y nosotros no lo entendemos.
6 Porque a la nieve dice: Sé en la tierra; lluvia tras lluvia, y lluvia tras lluvia en su fortaleza.
7 Sella la mano a todo hombre; para que todos los hombres conozcan su obra.
8 La bestia se entrará en su escondrijo, y habitará en sus moradas.
9 Del mediodía viene el torbellino, y de los vientos del norte el frío.
10 Por el soplo de Dios se da el hielo, y las anchas aguas son constreñidas.
11 Además de esto con la claridad fatiga las nubes, y las esparce con su luz.
12 Y ellas se revuelven en derredor por sus designios, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que él les mandó.
13 Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará aparecer.
14 Escucha esto, Job: Repósate, y considera las maravillas de Dios.
15 ¿Supiste tú por ventura, cuando Dios las ponía en concierto, y hacía levantar la luz de su nube?
16 ¿Has conocido tú por ventura las diferencias de las nubes, las maravillas del Perfecto en sabiduría?
17 ¿Y eran calientes tus vestidos cuando él daba el reposo a la tierra del mediodía?
18 ¿Extendiste tú por ventura con él los cielos firmes como un espejo de fundición?
19 Muéstranos, qué le hemos de decir; para que no hablemos disparates.
20 ¿Por ventura cuando yo hablare le será contado? ¿Cuando alguno se anegare le será dicho?
21 También alguna vez no se ve la luz clara en los cielos, y pasa un viento y los limpia.
22 De la parte del norte vendrá la serenidad por el Dios terrible de alabanza.
23 El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos; grande en potencia, y en juicio, y en multitud de justicia no aflige.
24 Por tanto los hombres le temerán; todos los sagaces de corazón no le verán.
17 ¶ Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas;
2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
3 Y me llevó en el espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia de color de grana, que estaba llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y de grana, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación;
5 y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6 Y vi la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado de gran asombro.
7 ¶ Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.
8 La bestia que has visto, fue, y ya no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la tierra, (cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo,) se maravillarán viendo la bestia que era, y no es, aunque es.
9 Y aquí hay sentido que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se asienta la mujer.
10 Y son siete reyes. Los cinco son caídos; el uno es; el otro aun no es venido; y cuando fuere venido, es necesario que dure breve tiempo.
11 Y la bestia que era, y no es, es también el octavo rey, y es de los siete, y va a perdición.
12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aun no han tomado reino; mas tomarán potencia por una hora como reyes con la bestia.
13 Estos tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad a la bestia.
14 ¶ Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de señores, y el Rey de reyes; y los que están con él son llamados, y elegidos, y fieles.
15 Y él me dice: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.
16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la harán desolada y desnuda; y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego,
17 porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que a él place, que hagan una voluntad y que den su reino a la bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios.
18 Y la mujer que has visto, es la gran ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.
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