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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 73:1-20

LIBRO 3

El destino de los malos

Salmo de Asaf

73 Ciertamente es bueno Dios para con Israel,
para con los limpios de corazón.
En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies,
¡por poco resbalaron mis pasos!,
porque tuve envidia de los arrogantes,
viendo la prosperidad de los impíos.

No se atribulan por su muerte,
pues su vigor está entero.
No pasan trabajos como los otros mortales,
ni son azotados como los demás hombres.
Por tanto, la soberbia los corona;
se cubren con vestido de violencia.
Los ojos se les saltan de gordura;
logran con creces los antojos del corazón.
Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;
hablan con altanería.
Ponen su boca contra el cielo
y su lengua pasea la tierra.

10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí,
y aguas en abundancia son extraídas para ellos.
11 Y dicen: «¿Cómo sabe Dios?
¿Acaso hay conocimiento en el Altísimo?»
12 Estos impíos,
sin ser turbados del mundo, aumentaron sus riquezas.
13 ¡Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón
y en inocencia he lavado mis manos!,
14 pues he sido azotado todo el día
y castigado todas las mañanas.

15 Si dijera yo: «¡Hablaré como ellos!»,
engañaría a la generación de tus hijos.
16 Cuando pensé para saber esto,
fue duro trabajo para mí,
17 hasta que, entrando en el santuario de Dios,
comprendí el fin de ellos.
18 Ciertamente, los has puesto en deslizaderos,
en asolamiento los harás caer.
19 ¡Cómo han sido asolados de repente!
¡Perecieron, se consumieron de terrores!
20 Como sueño del que despierta,
así, Señor, cuando despiertes, menospreciarás su apariencia.

Proverbios 8:32-9:6

32 »Ahora pues, hijos, escuchadme:
¡Bienaventurados los que guardan mis caminos!
33 Atended el consejo, sed sabios
y no lo menospreciéis.
34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
velando a mis puertas cada día,
guardando los postes de mis puertas,
35 porque el que me halle, hallará la vida
y alcanzará el favor de Jehová;
36 pero el que peca contra mí, se defrauda a sí mismo,
pues todos los que me aborrecen aman la muerte».

La sabiduría y la insensatez

La Sabiduría edificó su casa,
labró sus siete columnas,
mató sus víctimas, mezcló su vino
y puso su mesa.
Envió a sus criadas,
y sobre lo más alto de la ciudad clamó,
diciendo a todo ingenuo: «Ven acá»,
y a los insensatos:
«Venid, comed de mi pan
y bebed del vino que he mezclado.
Dejad vuestras ingenuidades y viviréis;
y andad por el camino de la inteligencia.»

Hebreos 11:29-12:2

29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.

30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. 31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió a los espías en paz.

32 ¿Y qué más digo? El tiempo me faltaría para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas. 33 Todos ellos, por fe, conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 35 Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos; pero otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. 38 Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39 Pero ninguno de ellos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, recibió lo prometido, 40 porque Dios tenía reservado algo mejor para nosotros, para que no fueran ellos perfeccionados aparte de nosotros.

Puestos los ojos en Jesús

12 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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