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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 101

Promesa de vivir rectamente

Salmo de David

101 Misericordia y justicia cantaré;
a ti, Jehová, cantaré.
Entenderé el camino de la perfección
cuando vengas a mí.

En la integridad de mi corazón
andaré en medio de mi casa.
No pondré delante de mis ojos
cosa injusta.

Aborrezco la obra de los que se desvían;
ninguno de ellos se acercará a mí.
Corazón perverso se apartará de mí;
no conoceré al malvado.

Al que solapadamente difama a su prójimo,
yo lo destruiré;
no sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.

Mis ojos pondré en los fieles de la tierra,
para que estén conmigo;
el que ande en el camino de la perfección,
éste me servirá.

No habitará dentro de mi casa
el que hace fraude;
el que habla mentiras
no se afirmará delante de mis ojos.

Por las mañanas destruiré
a todos los impíos de la tierra,
para exterminar de la ciudad de Jehová
a todos los que hagan maldad.

1 Reyes 3:16-28

Sabiduría y prosperidad de Salomón

16 En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras y se presentaron ante él. 17 Una de ellas dijo:

—¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer habitábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. 18 Aconteció que al tercer día de dar yo a luz, ésta dio a luz también, y habitábamos nosotras juntas; ningún extraño estaba en la casa, fuera de nosotras dos. 19 Una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él. 20 Ella se levantó a medianoche y quitó a mi hijo de mi lado, mientras yo, tu sierva, estaba durmiendo; lo puso a su lado y colocó al lado mío a su hijo muerto. 21 Cuando me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, encontré que estaba muerto; pero lo observé por la mañana y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.

22 Entonces la otra mujer dijo:

—No; mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto.

—No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive —volvió a decir la otra.

Así discutían delante del rey. 23 El rey entonces dijo: «Ésta afirma: “Mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto”; la otra dice: “No, el tuyo es el muerto y mi hijo es el que vive.”» 24 Y añadió el rey:

—Traedme una espada.

Y trajeron al rey una espada. 25 En seguida el rey dijo:

—Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra.

26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y le dijo:

—¡Ah, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis.

—Ni a mí ni a ti; ¡partidlo! —dijo la otra.

27 Entonces el rey respondió:

—Entregad a aquélla el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre.

28 Todo Israel oyó aquel juicio que había pronunciado el rey, y temieron al rey, pues vieron que Dios le había dado sabiduría para juzgar.

Hechos 6:1-7

Elección de siete diáconos

En aquellos días, como crecía el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron:

—No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la Palabra.

Agradó la propuesta a toda la multitud y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. A estos presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.

La palabra del Señor crecía y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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