Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Alelu-JAH.
Alef
1 Alabaré al SEÑOR con todo el corazón, Bet en la compañía y en la congregación de los rectos.
Guímel
2 Grandes son las obras del SEÑOR; Dálet buscadas de todos los que las quieren.
He
3 Honra y hermosura es su obra; Vau y su justicia permanece para siempre.
Zain
4 Hizo memorables sus maravillas, Chet clemente y misericordioso es el SEÑOR.
Tet
5 Dio mantenimiento a los que le temen; Yod para siempre se acordará de su pacto.
6 ¶ Caf La fortaleza de sus obras anunció a su pueblo, Lámed dándoles la heredad de los gentiles.
Mem
7 Las obras de sus manos son verdad y juicio, Nun fieles son todos sus mandamientos;
Sámec
8 Son firmes de siglo a siglo, Ayin hechos en verdad y en rectitud.
Pe
9 Redención ha enviado a su pueblo, Tsade encargó para siempre su pacto, Cof santo y reverendo es su Nombre.
Resh
10 El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, Sin buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra su voluntad; Tau su loor permanece para siempre.
1 Cuando el rey David era viejo, y entrado en días, le cubrían de vestidos, mas no se calentaba.
2 Le dijeron, por tanto, sus esclavos: Busquen a mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey, y lo caliente, y duerma a su lado, y calentará a nuestro señor el rey.
3 Y buscaron una joven hermosa por todo el término de Israel, y hallaron a Abisag, la sunamita, y la trajeron al rey.
4 Y la joven era muy hermosa, la cual calentaba al rey, y le servía; mas el rey nunca la conoció.
5 ¶ Entonces Adonías hijo de Haguit se levantó, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y gente de a caballo, y cincuenta varones que corrieran delante de él.
6 Y su padre nunca lo entristeció en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Y también éste era de hermoso parecer; y lo había engendrado después de Absalón.
7 Y tenía tratos con Joab hijo de Sarvia, y con Abiatar, el sacerdote, los cuales ayudaban a Adonías.
8 Mas Sadoc, el sacerdote, Benaía hijo de Joiada, Natán, el profeta, Simei, Rei, y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.
9 Y matando Adonías ovejas y vacas y animales engordados junto a la peña de Zohelet, que está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, esclavos del rey;
10 mas no convidó a Natán, el profeta, ni a Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.
11 Y habló Natán a Betsabé madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin saberlo David nuestro señor?
12 Ven pues ahora, y toma mi consejo, para que libres tu vida, y la vida de tu hijo Salomón.
13 Ve, y preséntate ante el rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no has jurado tú a tu esclava, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué pues reina Adonías?
14 Y estando tú aún hablando con el rey, yo entraré tras ti, y confirmaré tus razones.
15 Entonces Betsabé entró al rey a la cámara; y el rey era muy viejo; y Abisag, la sunamita servía al rey.
16 Y Betsabé se inclinó, y adoró al rey. Y el rey dijo: ¿Qué tienes?
17 Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu esclava por el SEÑOR tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono;
18 y he aquí ahora Adonías reina; y tú, mi señor rey, hasta ahora no lo sabes.
19 Ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a Abiatar, el sacerdote, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu esclavo no ha convidado.
20 Rey señor mío, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.
21 Y acontecerá, cuando mi señor el rey durmiere con sus padres, que yo y mi hijo Salomón seremos estimados pecadores.
22 Y estando aún hablando ella con el rey, he aquí Natán, el profeta, que vino.
23 E hicieron saber al rey, diciendo: He aquí está Natán, el profeta; el cual cuando entró al rey, se postró delante del rey inclinando su rostro a tierra.
24 Y dijo Natán: Rey señor mío, ¿has dicho tú: Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono?
25 Porque hoy ha descendido, y ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también a Abiatar, el sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!
26 Mas ni a mí tu esclavo, ni a Sadoc, el sacerdote, ni a Benaía hijo de Joiada, ni a Salomón tu esclavo, ha convidado.
27 ¿Es este negocio ordenado por mi señor el rey, sin haber declarado a tu esclavo quién se había de sentar en el trono de mi señor el rey después de él?
28 Entonces el rey David respondió, y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey.
29 Y el rey juró, diciendo: Vive el SEÑOR, que ha rescatado mi alma de toda angustia,
30 que como yo te he jurado por el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy.
8 ¶ Pero Esteban, lleno de fe y de potencia, hacía prodigios y milagros grandes en el pueblo.
9 Se levantaron entonces unos de la sinagoga que se llama de los libertinos, y cireneos, y alejandrinos, y de los de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban.
10 Mas no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu que hablaba.
11 Entonces sobornaron a unos para que dijeran que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios.
12 Y conmovieron al pueblo, y a los ancianos, y a los escribas; y arremetiendo le arrebataron, y le trajeron al concilio.
13 Y pusieron testigos falsos, que dijeran: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley;
14 porque le hemos oído decir, que Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés.
15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, puestos los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
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