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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 24

El Rey del universo

SALMO 24 (23)

Himno de David.

24 Dios es dueño de toda la tierra
y de todo lo que hay en ella;
también es dueño del mundo
y de todos sus habitantes.
Dios afirmó la tierra
sobre el agua de los mares;
Dios afirmó este mundo
sobre el agua de los ríos.

Sólo puede subir al monte de Dios
y entrar en su santo templo
el que siempre hace lo bueno
y jamás piensa hacer lo malo;
el que no adora a dioses falsos
ni hace juramentos en su nombre.
Al que es así,
Dios lo llena de bendiciones;
¡Dios, su Salvador, le da la victoria!

Dios de Israel,
así son todos los que te buscan;
así son los que a ti acuden.

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

«¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel;
Dios fuerte y valiente!
¡Es nuestro Dios,
el valiente guerrero!»

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

10 «¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel,
el Rey poderoso!
¡Él es el Dios del universo!»

Números 10:11-36

Los israelitas se van del Sinaí

11 La nube que estaba sobre el santuario del pacto se levantó el día veinte del mes de Ziv,[a] del segundo año. 12-13 Ese día, tal como Dios les había ordenado por medio de Moisés, los israelitas se levantaron y siguieron la nube desde el desierto de Sinaí hasta el desierto de Parán.

14-27 Las tribus de Israel, con sus respectivos jefes, marcharon en el siguiente orden:

La tribu de Judá, con su jefe Nahasón;

la tribu de Isacar, con su jefe Natanael;

la tribu de Zabulón, con su jefe Eliab;

la tribu de Rubén, con su jefe Elisur;

la tribu de Simeón, con su jefe Selumiel;

la tribu de Gad, con su jefe Eliasaf;

la tribu de Efraín, con su jefe Elisamá;

la tribu de Manasés, con su jefe Gamaliel;

la tribu de Benjamín, con su jefe Guidoní;

la tribu de Dan, con su jefe Ahiézer;

la tribu de Aser, con su jefe Paguiel y

la tribu de Neftalí, con su jefe Ahirá.

Entre las tribus de Zabulón y de Rubén marchaban los descendientes de Guersón y Merarí. Ellos eran los encargados de desarmar el santuario y de transportarlo por el camino, pues eran los únicos que podían hacerlo.

Entre las tribus de Gad y de Efraín marchaban los descendientes de Quehat. Ellos eran los encargados de llevar todos los utensilios del santuario. Como venían atrás, llegaban a donde iban a acampar y encontraban armado el santuario.

28 Siempre que los israelitas tenían que ponerse en marcha, iban en ese orden.

Moisés y Hobab

29 Moisés le dijo a su pariente Hobab hijo de Reuel, el madianita:

—Nosotros vamos al territorio que Dios nos va a dar. Ven con nosotros. Te trataremos bien, como Dios ha prometido tratarnos.

30 Pero Hobab le contestó:

—No, gracias. Prefiero regresar a la región en donde viven mis parientes.

31 Moisés le volvió a decir:

—No nos dejes. Tú conoces bien el desierto y sabes dónde podemos acampar. 32 Si vienes con nosotros y nos guías, te daremos una parte de todo lo que Dios nos dé.

33 Salieron del monte Sinaí, y caminaron durante tres días. En todo ese tiempo, los israelitas iban con el cofre del pacto, buscando un lugar donde acampar. 34 Por las mañanas, cuando estaban por iniciar la marcha, la nube de Dios se ponía encima de ellos 35 y Moisés decía:

«¡Dios mío, levántate!

»¡Haz que tus enemigos
huyan espantados!
¡Haz que los que te odian
se alejen de nosotros!»

36 Y cuando el cofre se detenía, Moisés decía:

«¡Dios mío,
no abandones a Israel,
tu pueblo numeroso!»

Lucas 1:57-80

El nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando nació el hijo de Isabel, 58 todos sus vecinos y familiares se alegraron mucho, pues vieron que Dios había sido muy bondadoso.

59 A los ocho días, vinieron a circuncidar al niño. Los que estaban allí querían ponerle Zacarías, que era el nombre de su padre. 60 Pero Isabel dijo:

—¡No! Va a llamarse Juan.

61 Ellos le dijeron:

—Ningún familiar tuyo se llama así.

62 Y por señas le preguntaron a Zacarías cómo quería llamar al niño. 63 Zacarías pidió una tabla y escribió: «Juan». Todos quedaron sorprendidos. 64 En ese mismo momento, Zacarías empezó a hablar de nuevo, y alabó a Dios.

65 Todos los vecinos se quedaron impresionados, y en toda la región montañosa de Judea no se hablaba de otra cosa. 66 Los que oían hablar del asunto se preguntaban: «¿Qué será de este niño cuando crezca?» Porque todos sabían que Dios estaba con él.

Zacarías alaba a Dios

67 Zacarías, lleno del Espíritu Santo, dio este mensaje:

68 «¡Alabemos al Dios de Israel,
porque ha venido a salvarnos!

69 »Nos ha dado un Salvador muy poderoso,
descendiente del rey David, su servidor.

70 »Esto lo había prometido
hace mucho tiempo,
por medio de sus
santos profetas:
71 que él iba a salvarnos
de nuestros enemigos
y de todos aquellos
que nos odian.

72 »Él dijo que sería bondadoso con su pueblo,
y que cumpliría su santa promesa.

73 »Él prometió a nuestro
antepasado Abraham,
74 que iba a salvarnos
de nuestros enemigos.

»Así podríamos servirle
sin ningún temor,
75 y vivir sólo para él,
practicando la justicia
todos los días de nuestra vida.

76 »Y tú, hijo mío, serás llamado:
“Profeta del Dios altísimo”.

»Tú irás delante del Mesías,
preparando a la gente para su llegada.

77 »Le dirás a su pueblo
que ya tiene salvación,
pues Dios perdona sus pecados.

78 »Dios nos ama tanto,
que desde el cielo
nos envió un Salvador,
como si fuera el sol
de un nuevo día.

79 »Él salvará a los que viven
en peligro de muerte.

»Será como una luz
que alumbra en la oscuridad,
y guiará nuestros pasos
por el camino de la paz.»

80 A medida que el niño Juan crecía, también aumentaba su poder espiritual. Y vivió en el desierto hasta el día en que Dios le ordenó llevar su mensaje al pueblo de Israel.