Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Canción de las gradas.
1 De lo profundo te llamo, oh SEÑOR.
2 Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración.
3 JAH, si retuvieres a las iniquidades, ¿Señor quién persistirá?
4 Por lo cual hay perdón cerca de ti, para que seas temido.
5 ¶ Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado.
6 Mi alma esperó al SEÑOR más que los centinelas esperan a la mañana, más que los centinelas a la mañana.
7 Espere Israel al SEÑOR; porque con el SEÑOR hay misericordia; y abundante redención cerca de él.
8 Y él rescatará a Israel de todas sus iniquidades.
20 ¶ Y David huyó de Naiot que es en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi iniquidad, o cuál mi pecado contra tu padre, que él busca mi vida?
2 Y él le dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra; ¿por qué, pues, me encubrirá mi padre este negocio? No será así.
3 Y David volvió a jurar, diciendo: Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá en sí: No sepa esto Jonatán, para que no tenga pesar; y ciertamente, vive el SEÑOR y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte.
4 Y Jonatán dijo a David: ¿Qué dice tu alma, y lo haré por ti?
5 Y David respondió a Jonatán: He aquí que mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey a comer; mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.
6 Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejara ir presto a Belén su ciudad, porque todos los de su linaje tienen allá sacrificio aniversario.
7 Si él dijere: Bien está, paz tendrá tu esclavo; mas si se enojare, sabe que la malicia está en él consumada.
8 Harás, pues, misericordia con tu esclavo, ya que has traído tu esclavo a pacto del SEÑOR contigo; y si hay iniquidad en mí mátame tú, que no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.
9 ¶ Y Jonatán le dijo: Nunca tal te suceda; antes bien, si yo entendiera ser consumada la malicia de mi padre, para venir sobre ti, ¿no había yo de descubrírtelo?
10 Dijo entonces David a Jonatán: ¿Quién me dará aviso? O, ¿qué si tu padre te respondiere ásperamente?
11 Y Jonatán dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y salieron ambos al campo.
12 Entonces dijo Jonatán a David: Oh SEÑOR Dios de Israel, cuando le haya preguntado a mi padre mañana a esta hora, o al tercer día, y si él me hablare bien de David, si entonces no enviare a ti, y te lo descubriere,
13 el SEÑOR haga así a Jonatán, y esto añada. Mas si a mi padre pareciere bien hacerte mal, también te lo descubriré, y te enviaré, y te irás en paz; y sea el SEÑOR contigo, como fue con mi padre.
14 Y si yo viviere, harás conmigo misericordia del SEÑOR; mas si fuere muerto,
15 no quitarás perpetuamente tu misericordia de mi casa. Cuando desarraigare el SEÑOR uno por uno los enemigos de David de la tierra, aun a Jonatán quite de su casa, si te faltare; y requiera el SEÑOR de la mano de los enemigos de David.
16 Así hizo Jonatán alianza con la casa de David.
17 Y volvió Jonatán a jurar a David, porque le amaba, porque le amaba como a su propia alma.
18 Le dijo luego Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
19 Estarás, pues, tres días, y luego descenderás, y vendrás al lugar donde estabas escondido el día del trabajo, y esperarás junto a la piedra de Ezel;
20 y yo tiraré tres saetas hacia aquel lado, como ejercitándome al blanco.
21 Y luego enviaré el criado, diciéndole: Ve, busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las saetas más acá de ti, tómalas; tú vendrás, porque paz tienes, y nada hay de mal, vive el SEÑOR.
22 Mas si yo dijere al criado así: He allí las saetas más allá de ti; vete, porque el SEÑOR te ha enviado.
23 Y en cuanto a las palabras que yo y tú hemos hablado, sea el SEÑOR entre mí y ti para siempre.
24 ¶ David, pues, se escondió en el campo, y venida que fue la nueva luna, se sentó el rey a comer pan.
25 Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al lado de Saúl, y el lugar de David estaba vacío.
8 ¶ Así mismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que ha sido dada a las Iglesias de Macedonia;
2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo permaneció, y su profunda pobreza abundó en riquezas de su bondad.
3 Porque conforme a sus fuerzas, (como yo testifico por ellos), y aun sobre sus fuerzas han sido liberales;
4 rogándonos con muchas súplicas, que recibiéramos la gracia y la comunicación del ministerio que se hace para los santos.
5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.
6 De tal manera que exhortamos a Tito, para que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.
7 ¶ Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en Palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestra caridad con nosotros, que también abundéis en esta gracia.
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