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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 130

Nuestra esperanza está en Dios

SALMO 130 (129)

Cántico para las peregrinaciones.

130 Dios mío, yo te llamo
pues estoy muy angustiado.
¡Escúchame, Dios mío!
¡Presta oído a mis gritos
que te piden compasión!

Si tomaras en cuenta
todos nuestros pecados,
nadie podría presentarse ante ti.
Pero tú nos perdonas.
¡Por eso mereces nuestra adoración!

En Dios he puesto mi esperanza;
con toda el alma confío en él,
pues confío en sus promesas.
Con ansias espero a Dios;
¡con más ansias lo espero
que los vigilantes a la mañana!
Los vigilantes esperan
que llegue la mañana,
y tú, Israel, esperas
la llegada de Dios
porque él nos ama
y nos da plena libertad.
¡Dios salvará a Israel
de todos sus pecados!

1 Samuel 19:18-24

Saúl persigue a David

18-19 Mientras tanto, David logró escapar. Cuando llegó a la ciudad de Ramá, le contó a Samuel todo lo que Saúl le había hecho. Entonces los dos se fueron a un pueblo llamado Naiot, que estaba cerca de la ciudad de Ramá, y allí se quedaron a vivir. Pero tan pronto como Saúl lo supo, 20 envió a un grupo de sus hombres para apresar a David.

Cuando los hombres de Saúl llegaron a ese lugar, se encontraron con que Samuel y un grupo de profetas estaban dando mensajes de parte de Dios. Entonces el espíritu de Dios tomó control de los enviados de Saúl, y también ellos empezaron a profetizar.

21 Saúl se enteró de lo que había pasado, así que envió a otro grupo de sus hombres, y también a ellos les pasó lo mismo.

Saúl envió un tercer grupo, y también ellos se pusieron a profetizar.

22 Finalmente, Saúl mismo fue a Ramá. Cuando llegó al gran pozo que está en Secú, preguntó:

—¿Dónde están Samuel y David?

—En Naiot, cerca de Ramá —le contestaron.

23 Saúl se puso en camino hacia Naiot. Pero el espíritu de Dios vino sobre él, y en todo el camino a Naiot iba profetizando. 24 Cuando llegó a donde estaba Samuel, se quitó toda la ropa, y todo el día y toda la noche se los pasó dando mensajes de parte de Dios. De allí viene el refrán que dice: «¡Hasta Saúl es profeta!»

2 Corintios 7:2-16

Los corintios alegran a Pablo

¡Hágannos un lugar en su corazón! Con nadie hemos sido injustos. A nadie hemos dañado, ni de nadie nos hemos aprovechado. No les digo esto para que se sientan mal, pues ya les hemos dicho que ni la vida ni la muerte podrán impedir que los amemos. Me siento orgulloso de ustedes, y les tengo mucha confianza. Estoy muy contento, a pesar de todas las dificultades que hemos tenido.

Desde que llegamos a la región de Macedonia, no hemos descansado. Al contrario, hemos sufrido mucho. Hemos luchado contra nuestros enemigos y contra nuestro miedo. Pero Dios, que anima a los que sufren, nos consoló con la llegada de Tito. Y no sólo nos alegramos de verlo, sino también de saber que él estuvo muy contento con ustedes. Tito nos contó que desean vernos, que están tristes por lo que ha pasado, y que se preocupan por mí. Al oír esas noticias, me puse más contento todavía.

La carta que les escribí[a] hizo que ustedes se pusieran tristes. Pero no lamento haberla escrito. Lo lamenté al principio, cuando supe que por un tiempo esa carta los llenó de tristeza. Pero ahora estoy contento, porque esa tristeza hizo que ustedes cambiaran y que le pidieran perdón a Dios. En realidad, Dios así lo quiso. Por eso, no creo que hayamos hecho mal al escribirles. 10 Cuando Dios los ponga tristes, no lo lamenten, pues esa tristeza hará que ustedes cambien, y que pidan perdón y se salven. Pero la tristeza provocada por las dificultades de este mundo, los puede matar.

11 ¡Qué bueno que Dios los haya hecho ponerse tristes! ¡Vaya cambio que tuvieron! Así pudieron darse cuenta de que soy inocente, y hasta me defendieron. También se enojaron y tuvieron miedo de lo que podría suceder. Sintieron deseos de verme, y castigaron al culpable. Con todo esto, ustedes demostraron que no tenían nada que ver en el asunto. 12 Por mi parte, cuando les escribí esa carta, no estaba pensando en la persona que hizo el daño, ni a quién se lo hizo. Más bien, quería que Dios fuera testigo de lo mucho que ustedes se preocupan por nosotros. 13 Esto nos hace sentirnos mejor.

Tito está muy contento, pues ustedes lo ayudaron a seguir adelante. Eso nos alegró más todavía. 14 Ya le había dicho a Tito que yo estaba muy orgulloso de ustedes. ¡Y no me hicieron quedar mal! Al contrario, todo lo que le dijimos a Tito fue verdad, como también es verdad lo que les dijimos a ustedes. 15 Tito recuerda que todos ustedes lo obedecieron y lo respetaron mucho. Por eso él los quiere más todavía. 16 ¡Me alegro de poder confiar plenamente en ustedes!