Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
LIBRO 5
Dios libra de la aflicción
107 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia.
2 Díganlo los redimidos de Jehová,
los que ha redimido del poder del enemigo
3 y los ha congregado de las tierras,
del oriente y del occidente,
del norte y del sur.
17 Fueron afligidos los insensatos
a causa del camino de su rebelión
y a causa de sus maldades;
18 su alma rechazó todo alimento
y llegaron hasta las puertas de la muerte.
19 Pero clamaron a Jehová en su angustia
y los libró de sus aflicciones.
20 Envió su palabra y los sanó;
los libró de su ruina.
21 ¡Alaben la misericordia de Jehová
y sus maravillas para con los hijos de los hombres!
22 ¡Ofrezcan sacrificios de alabanza
y publiquen sus obras con júbilo!
Aarón muere en el Monte Hor
22 Los hijos de Israel, toda aquella congregación, partieron de Cades y llegaron al monte Hor. 23 Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: 24 «Aarón va a ser reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. 25 Toma a Aarón y a Eleazar, su hijo, y hazlos subir al monte Hor; 26 desnuda a Aarón de sus vestiduras y viste con ellas a Eleazar, su hijo, porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.»
27 Moisés hizo como Jehová le mandó. Subieron al monte Hor a la vista de toda la congregación. 28 Luego Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras y se las puso a Eleazar, su hijo. Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Al saber toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas las familias de Israel.
Jesús y Nicodemo
3 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos. 2 Éste vino a Jesús de noche y le dijo:
—Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Le respondió Jesús:
—De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le preguntó:
—¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
5 Respondió Jesús:
—De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo.” 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.
9 Le preguntó Nicodemo:
—¿Cómo puede hacerse esto?
10 Jesús le respondió:
—Tú, que eres el maestro de Israel, ¿no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, testificamos; pero no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales? 13 Nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
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