Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo de David.
1 El SEÑOR dijo a mi Señor; siéntate a mi diestra, entretanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies.
2 La vara de tu fortaleza enviará el SEÑOR desde Sion; domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo será voluntario en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad; como el rocío que cae de la matriz del alba, así te nacerán los tuyos.
4 Juró el SEÑOR, y no se arrepentirá. Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
23 ¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas! ¡Quién diera que se escribieran en un libro!
24 ¡Que con cincel de hierro y con plomo fueran en piedra esculpidas para siempre!
25 Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
26 y después desde esta mi piel rota, y desde mi propia carne tengo que ver a Dios.
27 Al cual yo tengo que ver por mí, y mis ojos lo han de ver, y no otro, aunque mis riñones se consuman dentro de mí.
14 ¶ Esto te escribo con la esperanza que iré presto a ti;
15 y si no fuere tan presto, para que sepas cómo conviene conversar en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios viviente, columna y base de la verdad.
16 Y sin falta, grande es el misterio de la piedad: Dios se ha manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los Angeles; ha sido predicado a los gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.
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