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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 28

Plegaria pidiendo ayuda, y alabanza por la respuesta

Salmo de David

28 A ti clamaré, Jehová.
¡Roca mía, no te desentiendas de mí,
no sea que, dejándome tú,
llegue a ser semejante a los que descienden al sepulcro!
Oye la voz de mis ruegos
cuando clamo a ti,
cuando alzo mis manos
hacia tu santo Templo.

No me arrebates juntamente con los malos
y con los que hacen iniquidad.
Ellos hablan paz con sus prójimos,
pero la maldad está en su corazón.
Dales conforme a su obra
y conforme a la perversidad de sus hechos.
Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.
Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová
ni a la obra de sus manos,
¡él los derribará y no los edificará!

¡Bendito sea Jehová,
que oyó la voz de mis ruegos!
Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en él confió mi corazón y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cántico lo alabaré.

Jehová es la fortaleza de su pueblo
y el refugio salvador de su ungido.
Salva a tu pueblo
y bendice a tu heredad;
pastoréalos y susténtalos para siempre.

Zacarías 11:4-17

Los pastores inútiles

Así ha dicho Jehová, mi Dios: «Apacienta las ovejas destinadas a la matanza, a las cuales matan sus compradores sin sentirse culpables; y el que las vende dice: “Bendito sea Jehová, porque me he enriquecido.” Ni aún sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya más piedad de los habitantes de la tierra, dice Jehová. Entregaré a los hombres, a cada uno en manos de su compañero y en manos de su rey. Ellos asolarán la tierra y yo no los libraré de sus manos.»

Apacenté, pues, las ovejas destinadas a la matanza, esto es, a los pobres del rebaño. Tomé para mí dos cayados: a uno le puse por nombre Gracia, y al otro, Ataduras. Apacenté las ovejas, y en un mes despedí a tres pastores, pues mi alma se impacientó contra ellos, y su alma también se hastió de mí.

Entonces dije: «¡No os apacentaré más! ¡La que prefiera morir, que muera; si alguna se pierde, que se pierda! ¡Las que queden, que se coman unas a otras!»

10 Tomé luego mi cayado Gracia y lo quebré, para romper el pacto que había concertado con todos los pueblos. 11 El pacto quedó deshecho ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que me observaban que aquélla era palabra de Jehová. 12 Yo les dije: «Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo.» Entonces pesaron mi salario: treinta piezas de plata.

13 Jehová me dijo: «Échalo al tesoro. ¡Hermoso precio con que me han apreciado!» Tomé entonces las treinta piezas de plata y las eché en el tesoro de la casa de Jehová. 14 Quebré luego el otro cayado, Ataduras, para romper la hermandad entre Judá e Israel. 15 Jehová me dijo: «Toma ahora los aperos de un pastor insensato; 16 porque yo levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas, ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda y romperá sus pezuñas.

17 »¡Ay del pastor inútil
que abandona el ganado!
¡Que la espada hiera su brazo y su ojo derecho!
¡Que se le seque del todo el brazo
y su ojo derecho quede enteramente oscurecido!»

Apocalipsis 19:1-9

Alabanzas en el cielo

19 Después de esto oí una gran voz, como de una gran multitud en el cielo, que decía:

«¡Aleluya!
Salvación, honra, gloria y poder
son del Señor Dios nuestro,
porque sus juicios son verdaderos y justos,
pues ha juzgado a la gran ramera
que corrompía la tierra con su fornicación,
y ha vengado la sangre de sus siervos
de la mano de ella.»

Otra vez dijeron:

«¡Aleluya!
El humo de ella ha de subir
por los siglos de los siglos.»

Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono. Decían: «¡Amén! ¡Aleluya!» Y del trono salió una voz que decía:

«Alabad a nuestro Dios
todos sus siervos, y los que lo teméis,
así pequeños como grandes.»

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos, que decía:

«¡Aleluya!,
porque el Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina.
Gocémonos, alegrémonos
y démosle gloria,
porque han llegado las bodas del Cordero
y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido
que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente.»

(El lino fino representa las acciones justas de los santos.)

La cena de las bodas del Cordero

El ángel me dijo: «Escribe: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.”» Y me dijo: «Éstas son palabras verdaderas de Dios.»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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