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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Salmos 78

Masquil de Asaf.

Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.

Abriré mi boca en parábola; hablaré enigmas del tiempo antiguo.

Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.

No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.

El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel; las cuales mandó a nuestros padres que las notificaran a sus hijos;

para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán, lo cuenten a sus hijos

con el fin de poner su confianza en Dios, y no olvidar de las obras de Dios, y guardar sus mandamientos:

Y no ser como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no compuso su corazón, ni su espíritu fue fiel con Dios.

¶ Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas en el día de la batalla.

10 No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley;

11 antes se olvidaron de sus obras, y de sus maravillas que les había mostrado.

12 Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

13 Rompió el mar, y los hizo pasar; e hizo estar las aguas como en un montón.

14 Y los llevó con nube de día, y toda la noche con resplandor de fuego.

15 Hendió las peñas en el desierto; y les dio a beber de abismos grandes;

16 y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas como ríos.

17 Pero aun tornaron a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad.

18 Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida al gusto de su alma.

19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto?

20 He aquí ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿Podrá también dar pan? ¿Aparejará carne a su pueblo?

21 Por tanto oyó el SEÑOR, y se enojó; se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;

22 por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado de su salud.

23 Y mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,

24 e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio trigo de los cielos.

25 Pan de fuertes comió el hombre; les envió comida en abundancia.

26 Movió el solano en el cielo, y trajo con su fortaleza el austro,

27 e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aves de alas como arena del mar.

28 Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas.

29 Y comieron, y se llenaron bien; les cumplió pues su deseo.

30 No habían quitado de sí su deseo, aun estaba su vianda en su boca,

31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató los más robustos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.

32 Con todo esto pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas.

33 Consumió por tanto sus días en vanidad, y sus años en tribulación.

34 Si los mataba, entonces le buscaban; y se convertían, y buscaban a Dios de mañana.

35 Y se acordaban que Dios era su refugio, y el Dios Alto su redentor.

36 Mas le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían,

37 pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.

38 Pero él, misericordioso, perdonaba su iniquidad, y no los destruyó; y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira.

39 Y se acordó que eran carne; soplo que va y no vuelve.

40 ¶ ¡Cuántas veces lo ensañaron en el desierto, lo enojaron en la soledad!

41 Y volvían, y tentaban a Dios, y ponían límite al Santo de Israel.

42 No se acordaron de su mano, del día que los rescató de angustia;

43 cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en el campo de Zoán;

44 y volvió sus ríos en sangre, y sus corrientes para que no bebieran.

45 Envió entre ellos enjambres de moscas que los comían, y ranas que los destruyeron.

46 Dio también al pulgón sus frutos, y sus trabajos a la langosta.

47 Sus viñas destruyó con granizo, y sus higuerales con piedra;

48 y entregó al pedrisco sus bestias, y al fuego sus ganados.

49 Envió sobre ellos el furor de su saña; ira, enojo, angustia, y ángeles malos.

50 Dispuso el camino a su furor; no eximió el alma de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad.

51 E hirió a todo primogénito en Egipto, las primicias de las fuerzas en las tiendas de Cam.

52 Hizo salir a su pueblo como ovejas, y los llevó por el desierto, como un rebaño.

53 Y los pastoreó con seguridad, que no tuvieron miedo; y el mar cubrió a sus enemigos.

54 Los metió después en los términos de su santidad, en este monte que ganó su mano derecha.

55 Y echó los gentiles de delante de ellos, y les repartió una herencia con cuerdas; e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.

56 Mas tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios;

57 sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres; se volvieron como arco engañoso.

58 Y le enojaron con sus lugares altos, y le provocaron a celo con sus esculturas.

59 Lo oyó Dios, y se enojó, y en gran manera aborreció a Israel.

60 Por esta causa dejó el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres;

61 y dio en cautividad su fortaleza, y su gloria en mano del enemigo.

62 Entregó también su pueblo a espada, y se airó contra su heredad.

63 El fuego devoró sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.

64 Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no se lamentaron.

65 Entonces despertó el Señor a la manera del que ha dormido, como un valiente que grita a causa del vino:

66 e hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta.

67 Y aborreció la tienda de José, y no escogió la tribu de Efraín.

68 Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó.

69 Y edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.

70 Y eligió a David su esclavo, y lo tomó de las majadas de las ovejas;

71 de tras las paridas lo trajo, para que apacentara a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.

72 Y los apacentó con entereza de su corazón; y los pastoreó con la inteligencia de sus manos.

Nehemías 8:1-12

Y se juntó todo el pueblo como un varón en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba, que trajera el libro de la ley de Moisés, la cual mandó el SEÑOR a Israel.

Y Esdras el sacerdote, trajo la ley delante de la congregación, así de varones como de mujeres, y de todo entendido para escuchar, el primer día del mes séptimo.

Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de varones y mujeres y entendidos; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.

Y Esdras el escriba estaba sobre un púlpito de madera, que habían hecho para ello; y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías, y Maasías, a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías, y Mesulam.

Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo (porque estaba más alto que todo el pueblo); y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.

Bendijo entonces Esdras al SEÑOR, Dios grande. Y todo el pueblo respondió, ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron, y adoraron al SEÑOR inclinados a tierra.

Y Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, y Pelaía, levitas, hacían callar al pueblo para que la ley se entendiera; y el pueblo estaba en su lugar.

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y pusieron el entendimiento, y entendieron la escritura.

Y Nehemías el Tirsata, el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían atento al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es al SEÑOR nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

10 Y les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen aparejado; porque día santo es a nuestro Señor; y no os entristezcáis, porque el gozo del SEÑOR es vuestra fortaleza.

11 Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, que es día santo, y no os entristezcáis.

12 Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, a enviar porciones, y a gozar de gran alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.

1 Tesalonicenses 3:6-13

¶ Pero volviendo de vosotros a nosotros Timoteo, y haciéndonos saber buenas noticias de vuestra fe y caridad, y que siempre tenéis buena memoria de nosotros, deseando vernos, como también nosotros a vosotros.

En ello, hermanos, recibimos consolación de vosotros en toda nuestra tribulación y necesidad por causa de vuestra fe;

porque ahora vivimos nosotros, si vosotros estáis firmes en el Señor.

Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,

10 orando de noche y de día con grande instancia, que veamos vuestro rostro, y que cumplamos lo que falta a vuestra fe?

11 ¶ Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y el Señor nuestro, Jesús el Cristo, encamine nuestro viaje a vosotros.

12 Y a vosotros multiplique el Señor, y haga abundar la caridad entre vosotros, y para con todos, como es también de nosotros para con vosotros;

13 para que sean confirmados vuestros corazones en santidad, irreprensibles delante del Dios y Padre nuestro, para la venida del Señor nuestro, Jesús el Cristo, con todos sus santos.

Biblia del Jubileo (JBS)

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