Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 63 (62)
Te bendeciré mientras viva
63 Salmo de David. Cuando estaba en el desierto de Judá.
2 Oh Dios, tú eres mi Dios y al alba te busco;
de ti tengo sed y por ti desfallezco
en una tierra árida, seca y sin agua.
3 Te contemplé en tu santuario,
vi tu poder y tu gloria.
4 Tu amor es mejor que la vida,
mis labios cantarán tu alabanza.
5 Te bendeciré mientras viva,
por tu nombre alzaré mis manos.
6 Me saciaré de aceite y de grasa,
te ensalzará mi boca con gozo.
7 Si acostado te recuerdo,
no duermo pensando en ti;
8 pues tú eres mi socorro,
bajo tus alas me regocijo.
Críticas de María y Aarón
12 Entonces María y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una mujer cusita. Decían:
2 — ¿Ha hablado el Señor solamente a través de Moisés? ¿No ha hablado también por medio de nosotros? Y el Señor lo oyó. 3 Moisés era un hombre muy humilde; no había sobre la tierra otro más humilde que él. 4 Así que de pronto llamó el Señor a Moisés, a Aarón y a María y les dijo:
— ¡Acudan ustedes tres a la Tienda del encuentro!
Y así lo hicieron. 5 Entonces el Señor descendió en una columna de nube, se detuvo a la entrada de la Tienda y llamó a Aarón y a María. Se acercaron ambos 6 y el Señor les dijo:
— Oigan mis palabras. Cuando un profeta surja entre ustedes, yo, el Señor, me revelaré a él en visiones y hablaré con él por medio de sueños; 7 no así con mi siervo Moisés a quien he confiado toda mi casa. 8 Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, mientras él contempla mi semblante. ¿Cómo, pues, se han atrevido a criticar a Moisés, mi siervo?
9 Estalló entonces contra ellos la cólera del Señor; y se fue.
21 Un ángel poderoso levantó entonces un gran peñasco, como una gigantesca rueda de molino, y lo arrojó al mar, exclamando:
— Así, violentamente, será arrojada
Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más se sabrá de ella.
22 Ya no se volverá a escuchar en ti
el son de los arpistas y los músicos,
el son de los que tocan
la flauta y la trompeta.
Ya no habrá en ti artesanos
ni se oirá el rumor
de la rueda molinera.
23 La luz de la lámpara
no alumbrará más en ti,
ni volverán a oírse en tus calles
los cantos del novio y de la novia.
Y es que tus traficantes
llegaron a ser los grandes de la tierra
y con tus sortilegios
engañaste a todas las naciones.
24 Estás manchada con la sangre
de profetas y de consagrados a Dios,
con la sangre de todos
los que han sido asesinados en la tierra.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España