Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
1 Saliendo Israel de Egipto, la casa de Jacob del pueblo de lenguaje bárbaro,
2 Judá fue por su santidad, Israel su señorío.
3 El mar lo vio, y huyó; el Jordán se volvió atrás.
4 Los montes saltaron como carneros, los collados como corderitos.
5 ¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?
6 Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, y vosotros, collados, como corderitos?
7 A la presencia del Señor tiembla la tierra, a la presencia del Dios de Jacob;
8 el cual tornó la peña en estanque de aguas, y en fuente de aguas la roca.
17 ¶ Y luego que el Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Que por ventura no se arrepienta el pueblo cuando vieren la guerra, y se vuelvan a Egipto;
18 mas hizo Dios al pueblo que rodeara por el camino del desierto del mar Bermejo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.
19 Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros.
20 Y partidos de Sucot, asentaron campo en Etam, a la entrada del desierto.
21 Y el SEÑOR iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; a fin de que anduvieran de día y de noche.
22 Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
11 ¶ Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
12 No como Caín, que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su Hermano eran justas.
13 Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.
14 ¶ Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no ama a su Hermano, permanece en muerte.
15 Cualquiera que aborrece a su Hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en sí.
16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos.
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