Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Alabanza por haber sido librado de los enemigos
Cántico gradual; de David
124 De no haber estado Jehová por nosotros,
diga ahora Israel,
2 de no haber estado Jehová por nosotros,
cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
3 vivos nos habrían tragado entonces,
cuando contra nosotros se encendió su furor.
4 Entonces nos habrían inundado las aguas;
hubiera pasado el torrente sobre nuestra alma;
5 hubieran entonces pasado sobre nuestra alma
las aguas impetuosas.
6 ¡Bendito sea Jehová,
que no nos dio por presa a los dientes de ellos!
7 Nuestra alma escapó cual ave
del lazo de los cazadores;
se rompió el lazo y escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
que hizo el cielo y la tierra.
29 Les ordenó luego, diciendo: «Voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón, el heteo, 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre, en la tierra de Canaán, la que compró Abraham junto con el mismo campo de Efrón, el heteo, para heredad de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara, su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí también sepulté yo a Lea. 32 El campo y la cueva que está en él fueron comprados a los hijos de Het.»
33 Cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama y expiró, y se reunió con sus padres.
50 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó. 2 Después mandó José a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Cumplieron así cuarenta días, que eran los días requeridos para embalsamar.
Y los egipcios lo lloraron setenta días. 4 Pasados los días de su luto, habló José a los de la casa del faraón, diciendo:
—Si he hallado gracia a vuestros ojos, os ruego que habléis ahora a oídos del faraón, y le digáis: 5 “Mi padre me hizo jurar, diciendo: ‘Yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás’. Permite, pues, que yo vaya ahora a sepultar a mi padre, y después volveré.”
6 El faraón dijo:
—Ve y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.
7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos del faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8 toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, sus ovejas y sus vacas. 9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande. 10 Llegaron hasta la era de Atad, al otro lado del Jordán, y lloraron e hicieron grande y muy triste lamentación. Allí José hizo duelo por su padre durante siete días.
11 Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: «Llanto grande es éste de los egipcios.» Por eso, a aquel lugar que está al otro lado del Jordán se le llamó Abel-mizraim.
12 Sus hijos, pues, hicieron con él según les había mandado, 13 pues sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham de manos de Efrón, el heteo, junto con el mismo campo, para heredad de sepultura, al oriente de Mamre. 14 Después que lo hubo sepultado, regresó José a Egipto, él, sus hermanos y todos los que subieron con él a sepultar a su padre.
12 No nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos manifiestan su falta de juicio al medirse con su propia medida y al compararse consigo mismos. 13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida al permitirnos llegar también hasta vosotros, 14 porque no nos hemos extralimitado, como si no hubiéramos llegado hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo. 15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla. 16 Así anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado. 17 Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. 18 No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
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