Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Jehová redimirá a Israel
Cántico gradual
130 De lo profundo, Jehová, a ti clamo.
2 Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mi súplica.
3 Jah, si miras los pecados,
¿quién, Señor, podrá mantenerse?
4 Pero en ti hay perdón,
para que seas reverenciado.
5 Esperé yo en Jehová;
esperó mi alma,
en su palabra he esperado.
6 Mi alma espera en Jehová
más que los centinelas la mañana,
más que los vigilantes la mañana.
7 Espere Israel en Jehová,
porque en Jehová hay misericordia
y abundante redención con él.
8 Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
16 Se oyó la noticia en la casa del faraón, y se decía: «Los hermanos de José han venido.» Esto agradó a los ojos del faraón y de sus siervos. 17 Y dijo el faraón a José:
—Di a tus hermanos: “Haced esto: cargad vuestras bestias y marchaos; volved a la tierra de Canaán, 18 tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto y comeréis de la abundancia de la tierra.” 19 Y tú manda: “Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, tomad a vuestro padre y venid. 20 Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra.”
21 Así lo hicieron los hijos de Israel; y José les dio carros conforme a la orden del faraón y les suministró víveres para el camino. 22 A cada uno de ellos le dio un vestido nuevo, y a Benjamín le dio trescientas piezas de plata y cinco vestidos nuevos. 23 A su padre le envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y comida; esto para el viaje de su padre. 24 Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban, les dijo:
—No riñáis por el camino.
25 Subieron, pues, de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán, junto a su padre Jacob. 26 Y le dieron las nuevas, diciendo: «¡José aún vive, y es señor en toda la tierra de Egipto!» Pero el corazón de Jacob desfalleció porque no les creía. 27 Entonces ellos le repitieron todas las palabras que José les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió. 28 Y dijo Israel:
—¡Con esto me basta! ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y lo veré antes de morir.
Jesús sana a un leproso(A)
8 Cuando descendió Jesús del monte, lo seguía mucha gente. 2 En esto se le acercó un leproso y se postró ante él, diciendo:
—Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo:
—Quiero, sé limpio.
Y al instante su lepra desapareció. 4 Entonces Jesús le dijo:
—Mira, no lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Jesús sana al siervo de un centurión(B)
5 Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba 6 diciendo:
—Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Jesús le dijo:
—Yo iré y lo sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo:
—Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado sanará, 9 pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.
10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían:
—De cierto os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión:
—Vete, y como creíste te sea hecho.
Y su criado quedó sano en aquella misma hora.
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