Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
105 Tu palabra es antorcha de mis pasos,
es la luz en mi sendero.
106 Hice un juramento y lo mantengo:
guardaré tus justos decretos.
107 Señor, es intenso mi dolor,
hazme vivir según tu promesa.
108 Acepta, Señor, las plegarias de mi boca
y enséñame tus decretos.
109 Siempre estoy en peligro,
pero no olvido tu ley.
110 Los malvados me tendieron una trampa,
pero yo no me aparté de tus preceptos.
111 Mi heredad perpetua
son tus mandamientos,
alegría de mi corazón.
112 He decidido cumplir tus normas,
mi recompensa será eterna.
Vocación y misión de Moisés (3,1—7,7)
Vocación de Moisés
3 Moisés pastoreaba el rebaño de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Conduciendo el rebaño a través del desierto, llegó al Horeb, el monte de Dios. 2 Allí se le apareció el ángel del Señor como una llama de fuego, en medio de una zarza. Se fijó y quedó sorprendido al ver que la zarza ardía, pero no se consumía. 3 Entonces Moisés se dijo:
— Voy a acercarme para observar este extraño fenómeno, y ver por qué no se consume la zarza.
4 Al ver el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
— ¡Moisés! ¡Moisés!
— Aquí estoy, respondió Moisés.
5 Dios le dijo:
— No te acerques; quítate las sandalias, porque estás pisando un lugar sagrado.
6 Y añadió:
— Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.
Moisés, sintió miedo de mirar a Dios y se tapó la cara.
12 Quienes han pecado sin estar bajo la ley, perecerán sin necesidad de recurrir a la ley; y quienes hayan pecado estando bajo la ley, por ella serán juzgados. 13 Porque no basta escuchar la ley para que Dios nos restablezca en su amistad; es necesario cumplirla. 14 Y es que si los paganos, que no tienen ley, actúan de acuerdo con ella movidos de la natural inclinación, aunque parezca que no tienen ley, ellos mismos son su propia ley. 15 La llevan escrita en el corazón, como lo demuestra el testimonio de su conciencia y sus propios pensamientos, que unas veces los acusan y otras los defienden. 16 Esto es lo que se manifestará el día en que, conforme al mensaje que yo anuncio, juzgue Dios por medio de Jesucristo lo que los seres humanos mantienen oculto.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España