Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Prosperidad del que teme a Jehová
¡Aleluya!
112 Bienaventurado el hombre que teme a Jehová
y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
2 Su descendencia será poderosa en la tierra;
la generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas hay en su casa,
y su justicia permanece para siempre.
4 Resplandeció en las tinieblas luz para los rectos;
es clemente, misericordioso y justo.
5 El hombre de bien tiene misericordia y presta;
gobierna sus asuntos con justicia.
6 Por lo cual no resbalará jamás;
en memoria eterna será el justo.
7 No tendrá temor de malas noticias;
su corazón está firme, confiado en Jehová.
8 Asegurado está su corazón; no temerá,
hasta que vea en sus enemigos su deseo.
9 Reparte, da a los pobres;
su justicia permanece para siempre;
su poder será exaltado con gloria.
10 Lo verá el impío y se irritará;
crujirá los dientes y se consumirá.
El deseo de los impíos perecerá.
13 Dice, pues, el Señor:
«Porque este pueblo se acerca a mí con su boca
y con sus labios me honra,
pero su corazón está lejos de mí
y su temor de mí
no es más que un mandamiento de hombres
que les ha sido enseñado;
14 por eso, he aquí que nuevamente
excitaré yo la admiración de este pueblo
con un prodigio grande y espantoso,
porque perecerá la sabiduría de sus sabios
y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.»
15 ¡Ay de los que se esconden de Jehová
encubriendo sus planes,
y sus obras las hacen en tinieblas,
y dicen: «¿Quién nos ve, y quién nos conoce?»
16 Vuestra perversidad ciertamente
será reputada como barro de alfarero.
¿Acaso la obra dirá de su hacedor:
«No me hizo»?
¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado:
«No entiende»?
Lo que contamina al hombre(A)
7 Se acercaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2 estos, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos impuras, esto es, no lavadas, los condenaban, 3 (pues los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si no se lavan muchas veces las manos, no comen. 4 Y cuando regresan de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que se aferran en guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, de los jarros, de los utensilios de metal y de las camas.) 5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas:
—¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?
6 Respondiendo él, les dijo:
—¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
“Este pueblo de labios me honra,
mas su corazón está lejos de mí,
7 pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”,
8 porque, dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber. Y hacéis otras muchas cosas semejantes.
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