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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 37:1-17

El camino de los malos

Salmo de David

37 No te impacientes a causa de los malignos
ni tengas envidia de los malhechores,
porque como la hierba serán pronto cortados
y como la hierba verde se secarán.

Confía en Jehová y haz el bien;
habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad.
Deléitate asimismo en Jehová
y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Encomienda a Jehová tu camino,
confía en él y él hará.
Exhibirá tu justicia como la luz
y tu derecho como el mediodía.

Guarda silencio ante Jehová y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
por el hombre que hace lo malo.

Deja la ira y desecha el enojo;
no te excites en manera alguna a hacer lo malo,
porque los malignos serán destruidos,
pero los que esperan en Jehová heredarán la tierra,

10 pues dentro de poco no existirá el malo;
observarás su lugar, y ya no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra
y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo
y rechina contra él sus dientes.
13 El Señor se reirá de él,
porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan espada y tensan su arco
para derribar al pobre y al menesteroso,
para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón
y su arco será quebrado.

16 Mejor es lo poco del justo
que las riquezas de muchos pecadores,
17 porque los brazos de los impíos serán quebrados;
mas el que sostiene a los justos es Jehová.

Rut 2:1-16

Rut en el campo de Booz

Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.

Un día Rut, la moabita, dijo a Noemí:

—Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia.

—Vé, hija mía —le respondió ella.

Fue, pues, y al llegar, se puso a espigar en el campo tras los segadores. Y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el pariente de Elimelec. Llegaba entonces Booz de Belén, y dijo a los segadores:

—Jehová sea con vosotros.

—Jehová te bendiga —le respondieron ellos.

Luego Booz le preguntó a su criado, el encargado de los segadores:

—¿De quién es esta joven?

El criado encargado de los segadores respondió:

—Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab. Me ha dicho: “Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas.” Entró, pues, y ha estado trabajando desde la mañana hasta ahora, sin descansar ni un solo momento.

Entonces Booz dijo a Rut:

—Oye, hija mía, no te vayas, ni recojas espigas en otro campo; te quedarás aquí junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen y síguelas; pues he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.

10 Entonces ella, bajando su rostro, se postró en tierra y le dijo:

—¿Por qué he hallado gracia a tus ojos para que me favorezcas siendo yo extranjera?

11 Booz le respondió:

—He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y cómo has dejado a tu padre y a tu madre, y la tierra donde naciste, para venir a un pueblo que no conocías. 12 Que Jehová te recompense por ello, y que recibas tu premio de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

13 Ella le dijo:

—Señor mío, me has mostrado tu favor y me has consolado; has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni siquiera como una de tus criadas.

14 A la hora de comer Booz le dijo:

«Ven aquí, come del pan, y moja tu bocado en el vinagre.»

Se sentó ella junto a los segadores, y él le dio del guiso; comió hasta quedar satisfecha y aun sobró. 15 Cuando se levantó para seguir espigando, Booz ordenó a sus criados:

«Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; 16 dejaréis también caer para ella algo de los manojos; dejadlo para que lo recoja, y no la reprendáis.»

Santiago 5:1-6

Contra los ricos opresores

¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas, comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos y su moho testificará contra vosotros y devorará del todo vuestros cuerpos como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días finales. El jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama, y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra y sido libertinos. Habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os haga resistencia.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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