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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Lucas 1:68-79

68 Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a su pueblo,

69 y nos alzó el cuerno de salud en la Casa de David su siervo,

70 como habló por boca de los santos que fueron desde el principio, sus profetas:

71 Salvación de nuestros enemigos, y de mano de todos los que nos aborrecieron;

72 para hacer misericordia con nuestros padres, y acordándose de su santo testamento;

73 del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de dar,

74 que sin temor librados de nuestros enemigos, le serviríamos

75 en santidad y en justicia delante de él, todos los días de nuestra vida.

76 Y tú, niño: profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor, para aparejar sus caminos;

77 dando conocimiento de salud a su pueblo, para remisión de sus pecados,

78 por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó de lo alto el amanecer,

79 para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz.

Jeremías 22:1-17

22 Así dijo el SEÑOR: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra,

Y di: Oye palabra del SEÑOR, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus esclavos, y tu pueblo que entran por estas puertas.

Así dijo el SEÑOR: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis, ni robéis al extranjero, ni al huérfano, ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, entrarán por las puertas de esta Casa los reyes sentados por David sobre su trono, montados en carros y en caballos, él, y sus criados, y su pueblo.

Mas si no oyereis estas palabras, por mí juré, dijo el SEÑOR, que esta Casa será desierta.

Porque así dijo el SEÑOR sobre la casa del rey de Judá: Galaad tú a mí, oh cabeza del Líbano; si yo no te pusiere en soledad, y ciudades inhabitables.

Y señalaré contra ti disipadores, cada uno con sus armas; y cortarán tus cedros escogidos, y los echarán en el fuego.

Y muchos gentiles pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué lo hizo así el SEÑOR con esta gran ciudad?

Y dirán: Porque dejaron el Pacto del SEÑOR su Dios, y adoraron dioses ajenos, y les sirvieron.

10 No lloréis al muerto, ni tengáis compasión de él; llorad amargamente por el que se va; porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

11 Porque así dijo el SEÑOR, de Salum hijo de Josías, rey de Judá, que reina por Josías su padre: El que saliere de este lugar, no volverá acá más;

12 Antes morirá en el lugar adonde lo transportaren, y no verá más esta tierra.

13 ¡Ay del que edifica su casa y no en justicia, y sus salas y no en juicio, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!

14 Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la unge de bermellón.

15 ¿Por ventura reinarás porque te cercas de cedro? ¿Por ventura no comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?

16 El juzgó la causa del pobre y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? Dijo el SEÑOR.

17 Mas tus ojos y tu corazón no son sino a tu avaricia, y a derramar la sangre inocente, y a opresión, y a hacer agravio.

1 Pedro 1:3-9

¶ Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor, Jesús el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús el Cristo, de los muertos:

Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,

para vosotros que sois guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrer tiempo.

¶ En lo cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario,

para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual perece, mas sin embargo es probado con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesús el Cristo, fuere manifestado;

al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;

obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.

Biblia del Jubileo (JBS)

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