Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
1 (Compuestas por el orden alfabético Hebreo)
Alef:
¡Cómo está sentada sola la Ciudad antes populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, la princesa de provincias es hecha tributaria.
Bet:
2 Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas; no tiene quien la consuele de todos sus amadores; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
Guímel:
3 Se fue Judá en cautiverio, a causa de la aflicción y de la grandeza de servidumbre. Ella mora entre los gentiles, y no halla descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron entre estrechuras.
Dálet:
4 Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las solemnidades; todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes afligidas, y ella tiene amargura.
He:
5 Sus enemigos han sido hechos cabeza, sus aborrecedores fueron prosperados; porque el SEÑOR la afligió por la multitud de sus rebeliones; sus niños fueron en cautividad delante del enemigo.
Vau:
6 Se fue de la hija de Sion toda su hermosura; sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, y anduvieron sin fortaleza delante del perseguidor.
Zain:
19 Acuérdate de mi aflicción y de mi lloro, del ajenjo y de la hiel.
Zain:
20 Lo tendrá aún en memoria mi alma, porque en mí está humillada.
Zain:
21 Esto reduciré a mi corazón, por tanto esperaré.
Chet:
22 Es por las misericordias del SEÑOR que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Chet:
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fe.
Chet:
24 Mi parte es el SEÑOR, dijo mi alma; por tanto a él esperaré.
Tet:
25 Bueno es el SEÑOR a los que en él esperan, al alma que le buscare.
Tet:
26 Bueno es esperar callando en la salvación del SEÑOR.
1 Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces que están en medio de ella colgamos nuestras arpas;
3 cuando nos pedían allí, los que nos cautivaron, las palabras de la canción, (colgadas nuestras arpas de alegría) diciendo: Cantadnos de las canciones de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos canción del SEÑOR en tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, mi diestra sea olvidada.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no ensalzare a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.
7 ¶ Acuérdate, oh SEÑOR, de los hijos de Edom en el día de Jerusalén; quienes decían: Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia destruida, dichoso el que te diere tu pago, que nos pagaste a nosotros.
9 Dichoso el que tomara y estrellara tus niños a las piedras.
1 ¶ Pablo, apóstol de Jesús el Cristo, por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,
2 a Timoteo, amado hijo: gracia, misericordia, y paz de Dios el Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones noche y día;
4 deseando verte (acordándome de tus lágrimas), para ser lleno de gozo;
5 trayendo a la memoria la fe no fingida que está en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy cierto que está en ti también.
6 ¶ Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos.
7 Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.
8 Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,
9 que nos ha librado, y nos llamó a la santa vocación; no por nuestras obras, sino según el intento suyo y por la gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos;
10 mas ahora es manifestada por la venida de nuestro Salvador, Jesús el Cristo, el cual asimismo anuló la muerte, y sacó a luz la vida y la incorrupción por el Evangelio;
11 del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los gentiles.
12 Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quién he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y caridad que es en Cristo Jesús.
14 Guarda el buen depósito consignado a ti por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
5 Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá.
7 ¿Y quién de vosotros tiene un esclavo que ara o apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate a la mesa?
8 ¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come tú y bebe?
9 ¿Da gracias al esclavo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no.
10 Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Esclavos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.
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